Conozca cómo tratar el gusano parasitario de alta mortalidad en los cachorros
El Ancylostoma caninum es un parásito interno cuya distribución es mundial, con niveles de infestaciones altos en perros y gatos de todas las edades, afectando el sistema inmunológico de las mascotas, y llegando incluso a provocar la muerte en los cachorros.
Este parásito es un gusano que posee ganchos en su boca, los cuales le ayudan a fijarse mejor a los intestinos de su huésped. Según el Centro para la Seguridad Alimentaria y Salud Pública de Iowa, Cfsph, por sus siglas en inglés, en algunos países, hasta 96% de los perros y 80% de los gatos pueden encontrarse infestados.
Aunque también tiene presencia en el organismo humano, su transmisión en los animales se da por medio del contacto directo de un perro o gato con la materia fecal de un animal ya infestado. Sin embargo, cuando está en estado larvario, su contagio se produce desde la madre a sus crías durante la gestación o en la fase de lactancia.
Las condiciones ambientales, como los altos índices de humedad y temperatura, son propicias para el incremento de este parásito y su rápido desarrollo de huevos a larvas. Además, pueden penetrar directamente en la piel tras el contacto de su mascota con el suelo contaminado en alrededor de cinco a diez minutos como mínimo.
Uno de los síntomas más comunes tras su contagio en cachorros es la presencia de encías pálidas y materia fecal de una tonalidad oscura que indica que tiene rastros de fluidos sanguíneos. En mascotas adultas, la sintomatología puede llegar a ser desde signos de deshidratación, hasta tener comportamientos de debilidad e inquietud.
Es importante que se cerciore con su médico veterinario de confianza de la presencia de esta afección, a través de una serie de análisis de sangre que dictaminen con confiabilidad si su perro o gato sufre de anemia, uno de los indicadores del Ancylostoma caninum.
El nivel de afectación depende del nivel de infestación, y sus consecuencias en la salud de las mascotas van desde la pérdida excesiva de sangre, y la formación de lesiones en la pared del intestino, hasta la muerte en cachorros con altos índices de parásitos en su organismo.
El tratamiento básico depende, según Héctor Julián Romero, médico veterinario y CEO de Romvet Clínica Veterinaria, de la toma de desparasitantes a base de albendazol, mebedanzol, fenbendazol, y pamoato de pirantel, como los más usados.
“En el mercado se encuentran varios productos que son conjugados. Traen varios componentes que son de amplio espectro. Sirven para ancylostomas, nemátodos, cestodos, amebas y protozoarios”, destacó Romero.
El mantenimiento de la higiene ambiental donde su mascota permanece y realiza sus necesidades, además de evitar el contacto con las heces de otros animales, serán acciones claves para prevenir la aparición de este gusano.