Conozca las claves en la formación de adiestradores caninos, un sector en pleno auge
Ser entrenador canino es más que inducir en los perros determinadas conductas. Esta profesión va más allá, pues requiere un alto grado de conocimiento de la psicología de los animales, para establecer con ellos una comunicación efectiva que permita identificar sus necesidades e influir sobre su comportamiento.
El creciente número de familias que cuentan con perros en sus hogares ha aumentado también la demanda de entrenadores. Sin embargo, para obtener este título se requiere un proceso de formación previo, que requiere, además, una inversión.
Andrea Mejía, médica veterinaria zootecnista y etóloga en la Clínica de Ohana, explica la importancia de esta formación. “Un buen entrenador es quien realmente se capacita con personas que han tenido una larga experiencia y no usa métodos que sean malos para el animal, como collares de ahogo o de púas, o cordones muy delgados que dañen al perro. Es decir, es aquél que utiliza técnicas no aversivas para el entrenamiento”.
En cuanto a las funciones que tiene el entrenador respecto al animal, la doctora explicó qué son múltiples y requieren cuidado. “El adiestrador, en una educación básica, nos va a enseñar el manejo de la traílla, cómo dar un buen paseo y nos va a mostrar comandos que nos sirvan para poder salir a la calle y que el perro pueda interactuar con otros caninos y con las personas”.
Cabe resaltar que existen diferentes disciplinas en el entrenamiento canino, dependiendo de la finalidad para la que se tenga el animal. De esta manera, se pueden adiestrar perros para que tengan un adecuado comportamiento en la casa, para que sean guías de personas con problemas de visión, para que asistan a individuos con discapacidades físicas, para que participen en competencias deportivas o para que ejerzan labores de vigilancia, entre muchas otras.
“Los entrenadores siempre deberían trabajar de la mano de un etólogo clínico, porque los problemas de comportamiento en los perros no siempre se deben a falta de educación. Si un perro orina por toda la casa, por ejemplo, puede padecer cistitis o problemas en los riñones, y esto no se va a corregir con un entrenamiento sino con una revisión profesional del animal”, indicó la veterinaria.
Por este motivo, es fundamental que el entrenador ejerza un rol de comunicación entre el perro y sus dueños, pues estos últimos hacen parte activa del proceso de adiestramiento y educación del animal. Por eso se requiere que sea una persona con paciencia y habilidades para trabajar solo y en equipo.
Los entrenadores también se educan para eliminar las conductas en los perros que puedan resultar agresivas o dañinas. Para esto se capacitan en métodos seguros de enseñanza, que les permitan trabajar con razas potencialmente peligrosas. En ese sentido, primero detectan si la agresividad se debe a un problema de salud o si es resultado de su crianza, para luego reconducir esta conducta positivamente, dándole al animal alternativas que permitan que éste responda de otra manera a los estímulos de su entorno.
“Un perro con características agresivas y con falta de socialismo con humanos, solo se puede usar para protección perimetral, es decir, la vigilancia de establecimientos como parqueaderos, entre otros. Si se espera de un canino que proteja a un humano, se debe relacionar desde cachorro con adultos y niños”, explicó Junior Garzón León, propietario de Adiestramiento Canino Insignia.
¿Dónde se forma un entrenador?
Actualmente no se requiere un título como tal para convertirse en un adiestrador canino. En el país existen diversas escuelas donde se puede llevar a cabo el proceso de aprendizaje, pero también hay gran variedad de cursos en internet, algunos de ellos gratuitos, donde se le enseña a cualquier persona adiestrar y educar su perro. Estos cursos abordan muy variadas temáticas, pero entre ellas están la evaluación de la conducta del perro, la modificación de la misma, la morfología del animal, entre otras.