¿Le habla a su perro como si fuera un bebé? Esto es lo que debe saber de este comportamiento
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¿Le habla a su perro como si fuera un bebé? Esto es lo que debe saber de este comportamiento

Algunos expertos dicen que el tono infantilizado complica el seguimiento de órdenes y establecimiento de patrones de conducta
Fundación Bulls
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Como tenedores es común que se utilice un tono de voz o una forma de hablar diferente al dirigirse a su mascota, por lo general de manera infantilizada o como si fuera un bebé. Aunque esta parezca la manera adecuada de acercarse a los perros, no suele tener un impacto positivo sobre su educación y establecimiento de órdenes y obediencia.

Por lo general, el tono de voz va de la mano con frases largas, con lo que terminará por complicar el entendimiento del animal. Por tanto, el seguimiento de indicaciones se hará más complicado, pues le costará un poco más asociar las palabras con la acción que se espera. Pero esto no quiere decir que la crianza deba irse al otro extremo, pues los gritos y conductas agresivas tampoco tendrán el impacto correcto.

En este sentido, la cercanía no debe satanizarse y mucho menos el hablar despacio, pues estudios han demostrado que al ralentizar la manera en que se les dan órdenes se facilita la comprensión y seguimiento de instrucciones. Por esto es necesario estar atentos al lenguaje no verbal de las mascotas, ya que levantar las orejas o inclinar la cabeza son algunas maneras en las que ellos demuestran que están prestando atención.

Entonces, aunque hay expertos que no recomiendan infantilizar a los animales al dirigirse a ellos, hay otros que establecen que un tono de voz suave acompañado con instrucciones claras podría ser la mejor manera de educar a un perro. De acuerdo con Leal Can es fundamental mantener la calma y la coherencia en el proceso de aprendizaje, evitando reaccionar con gritos o golpes a sus comportamientos.

También se recomienda reforzar el buen comportamiento y tratar de la manera más consciente posible el mal comportamiento. Además, es fundamental tener una relación con un veterinario, con controles constantes, vacunaciones y desparasitaciones al día, esto acompañado de una buena alimentación y disposición de agua. También podría ser útil hacer uso de juguetes cognitivos, que además de estimularlos, pueden generar una interacción diferente con la comida.

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