Las termitas son indicadores de la recuperación de suelos degradados por ganadería
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Las termitas son indicadores de la recuperación de suelos degradados por ganadería

Los diferentes usos del suelo en la región amazónica pueden tener un impacto significativo en la provisión de estos servicios
Vaca - Bloomberg
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Las termitas son insectos que se alimentan principalmente de la celulosa de la madera, con un consumo de adentro hacia fuera, dejando una capa superficial en la parte exterior; además de su ingesta habitual, el ingeniero forestal y magíster en Entomología de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), José Daniel Castro Torres, explicó que también participan en todo el proceso de descomposición del material vegetal de los bosques.

Esta especie se considera como buen indicador de biodiversidad en regiones tropicales y, para comprobarlo, según explicó la Unal, Castro evaluó en cuatro fincas qué tanto se podría recuperar del suelo amazónico sembrado con caucho, que es un árbol tropical de ramas muy abiertas que brota un fruto de color amarillo verdoso y puede alcanzar hasta 30 metros de altura. Estas regiones seleccionados fueron San Vicente del Caguán, Florencia, Belén de los Andaquíes y Albania, municipios de Caquetá.

El Amazonas es una de las regiones más ricas en biodiversidad del planeta, con una gran variedad de ecosistemas y servicios que son esenciales para la supervivencia humana y el bienestar. Estos son los beneficios que los humanos obtienen de los ecosistemas, incluyendo la producción de alimentos, agua potable, aire limpio, regulación del clima, entre otros.

Los diferentes usos del suelo en la región amazónica pueden tener un impacto significativo en la provisión de estos servicios, gracias a diferentes actividades y prácticas económicas que se realizan en la zona, deteriorando los suelos, por lo que es importante entender cómo las termitas pueden ser indicadoras biológicas y ayudar a recuperar suelos degradados.

El experto afirmó en entrevista con la Unal que diferentes sistemas de producción de caucho en el piedemonte amazónico pueden ser una alternativa viable para recuperar los suelos degradados, principalmente afectados por la ganadería extensiva, que es aquella que aprovecha los recursos naturales del territorio, sin utilización de insumos externos y mediante el pastoreo.

“Indagué sobre la diversidad y acción de las termitas en tres sistemas diferentes de caucho en estos suelos y lo comparé con la pastura cuando dicho suelo está en uso de ganadería. Esto nos diría cuál de los sistemas tendría mayor diversidad y cómo se deberían estructurar según las comunidades de termitas en un entorno natural sin intervención”, comentó el investigador.

En esta investigación se trató el primer listado más grande de termitas para Colombia en una zona limitada, en el que no solo se identificaron casi todas las especies, sino que se encontraron 10 de las cuales resultaron ser nuevas para la ciencia.

Los resultados de la investigación revelaron que no todos los sistemas productivos de caucho pueden ayudar a recuperar el suelo.

Se evaluó un sistema agroforestal, que es la combinación entre caucho y copoazú, una fruta amazónica familiar del cacao, un campo clonal, es decir, clones genéticamente mejorados de esta especie que tienen mayor productividad, y plantaciones comerciales, que eran las más antiguas de 20 a 25 años.

Los sistemas agroforestales resultaron no tener impacto en la mejora de los suelos, en cambio, con los campos clonales, demuestran que la diversidad aumenta considerablemente y crece en los cauchos comerciales. “Esto no quiere decir que los cultivos de cauchos sean malos, pero sí se encontró una relación negativa con el manejo que se le está dando a las plantaciones, que es la razón que puede estar influyendo”.

“Los sistemas agroforestales son los que tienen más manejos químicos de pesticidas y fungicidas, y además no dejan residuos naturales en los suelos, lo que hace que no llegue materia prima o alimento a las termitas para que consuman y generen nutrientes que posteriormente serían depositadas en las plantas”, agregó el experto.

El magíster colectó termitas de 15 miniparcelas de los sistemas mencionados anteriormente, del bosque y de los suelos con pasturas. Para iniciar el proceso se trazó una ruta, teniendo en cuenta los espacios habituales de alimentación de estos insectos y se establecieron las parcelas en la que se examinaron distintas características del suelo durante un periodo de tiempo de 20 minutos.

Después de capturar manualmente la especie con pinzas, se guardaron en alcohol y se etiquetaron señalando e indicando el lugar en donde se recogieron.

“Además, en cada lugar recolectamos una muestra de suelo de 500 g para hacer análisis fisicoquímicos en laboratorio, y poder comprar las principales propiedades de cada lugar para posteriores análisis”, explica el magíster.

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