Así afecta la productividad la estomatitis vesicular en cerdos
La producción porcina es constantemente vulnerable a la aparición de virus que alteran la calidad de vida de los animales, reduciendo considerablemente los índices de ganancias económicas para los porcicultores. Uno de ellos es la estomatitis vesicular, enfermedad zoonótica de origen viral, caracterizada por afectar directamente los epitelios de las mucosas en los animales.Una prevención y tratamiento adecuado serán claves para evitar grandes pérdidas a nivel productivo.
La estomatitis vesicular es una enfermedad de declaración obligatoria por su rápida diseminación e intensidad de signos clínicos. Su sintomatología clínica se basa en la aparición de vesículas, ampollas con líquido de gran carga viral, que se forman en las mucosas de los cerdos, principalmente en la oral y aquella que se encuentra alrededor del rodete coronario, en los cascos y entre los dedos del animal. Al explotar dejan expuesta la mucosa del porcino, eliminando el epitelio y favoreciendo a la proliferación de infecciones.
“Este virus tiene la particularidad de tener una sintomatología similar a la de la fiebre aftosa y del virus del Valle del Seneca”, destacó Mario Eduardo Peña González, médico veterinario, director del Área de Sanidad y Erradicación de Peste Porcina Clásica, PPC, de PorkColombia e integrante del grupo de expertos en PPC de la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Según González, al parecerse al virus de la fiebre aftosa, cuando un animal presenta salivación excesiva acompañada de vesículas y/o cojera, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, establece cuarentena preventiva en las granjas, mientras se obtiene el diagnóstico que, en condiciones normales, no tarda más de 24 horas.
Uno de los efectos más negativos es su afectación a la producción porcicola. “Algunas de las consecuencias son pérdidas económicas en el área de cría por aumentar el porcentaje de abortos debido al incremento de temperatura, anorexia por la limitación de desplazamiento a los comederos y la dificultad para comer y beber agua por las lesiones causadas en boca, hocico y patas”, afirmó María Isabel Durango Moreno, médica veterinaria y asesora de granjas porcinas.
Además, en la etapa de levante y ceba hay una disminución en la ganancia de peso diaria, lo que aumenta los días de permanencia en granja y retrasa la salida del cerdo a planta de beneficio sin obtener un buen peso de venta.
Su tratamiento se reduce al uso de sustancias astringentes para el control de las lesiones. “Si hay algúna infección secundaria, se pueden utilizar tratamientos antibióticos”, precisó González.
Para prevenirla existe una vacuna comercial. Sin embargo, medidas preventivas de bioseguridad y el control de vectores a través de la fumigación, serán claves para precaver la enfermedad.