Parvovirosis porcina, una enfermedad común en las granjas que momifica a los cerdos
Agro

Parvovirosis porcina, una enfermedad común en las granjas que momifica a los cerdos

Su afectación productiva en las granjas se debe a que aumenta el porcentaje de momificados, de lechones nacidos muertos o débiles
La parvovirosis porcina afecta principalmente a cerdas primerizas, muchas veces sin manifestación de signos clínicos, ya que aflige básicamente al embrión o al feto
UNIRSE A WHATSAPP

La producción porcina no es ajena a la presencia de múltiples virus que atacan el sistema inmunológico de los animales, afectando de sobremanera su calidad de vida y productividad. La parvovirosis porcina, enfermedad endémica asociada a fallos reproductivos, produce no solo el nacimiento de lechones débiles, sino que sus efectos pueden llegar a ocasionar abortos y momificación.

Esta enfermedad viral es producida por un virus ADN de cadena sencilla de la familia parvoviridae. Para María Isabel Durango Moreno, médica veterinaria y asesora de granjas porcinas, es una patología muy común en las granjas porcinas de todo el mundo. Su carácter de resistencia hace que pueda perdurar durante varios meses en el medio ambiente, y que su eliminación a través del uso de productos desinfectantes no sea efectiva.

El agente viral se multiplica en el intestino, tejido linfoide, pulmones y, en ocasiones, en el riñón. Puede ser eliminado a través de heces, orina, moco vaginal, saliva y semen, por lo cual la contaminación viral del animal se da por vía oral (ingesta) o nasal (inhalación)”, destacó Moreno.

Aunque no siempre afecta a todos los individuos, el virus se mueve a través del torrente sanguíneo, llegando vía transplacentaria al feto, lo que ocasiona grandes daños a niveles reproductivos.

La parvovirosis porcina afecta principalmente a cerdas primerizas, muchas veces sin manifestación de signos clínicos, ya que aflige básicamente al embrión o al feto. Cabe destacar que, en machos, no hay manifestación de la enfermedad ni problemas reproductivos.

“Dependiendo del momento de la exposición al virus durante la gestación, puede ocurrir repetición de celo, muerte embrionaria, momificación (lechones que han muerto durante la gestación y que ya han comenzado osificación), abortos, lechones nacidos débiles o lechones nacidos muertos”, precisó Moreno.

Su afectación productiva en las granjas yace en el hecho de que motiva la presencia de tamaños pequeños de camada, así como en el aumento del porcentaje de momificados, del número de lechones nacidos muertos o débiles y del porcentaje de abortos, influyendo directamente en la economía del productor.

Con el fin de determinar si el animal sufre de esta afección, es fundamental evaluar los parámetros productivos de la granja, así como realizar análisis de laboratorios. Su diagnóstico se basa en pruebas de inhibición de la hemoaglutinación (IH), hemoaglutinación (HA) y reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Estas pruebas valoran la presencia del virus en tejidos del feto, así como detectan la presencia de anticuerpos, ya sean vacunales o por exposición a virus en campo. Constituyen métodos que harán una detección precisa con el fin de solventar mayores pérdidas.

Pese a que no existe un tratamiento específico para atender la parvovirosis porcina, es importante prevenirla a través de los esquemas de vacunación que, en las hembras primerizas, deberá ser aplicado antes del parto, mientras que, en las adultas, antes de su siguiente servicio. En los machos este proceso de inmunización debe darse cada seis meses.

“También puede hacerse una buena aclimatación mediante la exposición de las cerdas primerizas al contacto con cerdas adultas, pero se debe tener cuidado con la presencia de otras enfermedades diagnosticadas en la granja para evitar otro tipo de contaminación”, concluyó Moreno.

Cabe destacar que, después de la exposición al virus, el animal puede obtener inmunidad por el resto de su vida, además de que no constituye una enfermedad zoonótica, es decir, no afecta a los humanos y no tiene alteración alguna en la salud pública.

UNIRSE A WHATSAPP