Conozca más sobre Lunita, la Brahman gris catalogada como la más cara de Colombia
En un hecho histórico para la ganadería colombiana, Lunita, una ejemplar de la raza Brahman gris, fue vendida por más de US$230.000, lo que equivale aproximadamente a $972.896.796 de pesos colombianos, convirtiéndose así en la vaca más cara del país.
De hecho, la historia de Lunita es la representación de la trayectoria y esfuerzo que tiene JPS Ganadería, una empresa que celebra 20 años de dedicación al mejoramiento genético del Brahman gris. Desde sus inicios en 2005, JPS apostó por líneas maternas de excelencia. En 2016, incorporó genética del renombrado rancho J.D. Hudgins de Texas, pionero en el desarrollo de esta raza desde inicios del siglo XX.
Frente a su linaje llegó con JPS Lady Corl Lunática, una vaca que, en solo cuatro años, logró producir ocho campeones y seis grandes campeones. Su última cría, nacida en junio de 2021, fue bautizada como Lunita, quien heredó esta genética excepcional. Es por esta razón que, desde temprana edad, Lunita se destacó en competencia, siendo nombrada la vaca del año en dos ocasiones consecutivas, un logro que solo alcanzó otra vaca en la historia de Asocebú.
A sus 33 meses de vida, Lunita ya es una madre sobresaliente de la raza, un reconocimiento que normalmente otras vacas llegan a alcanzar tras décadas. Su venta, que alcanzó los US$230.000 por 33% del ejemplar, además de reflejar su valor genético, también destaca su gran potencial como activo productivo. El reconocido y respetado Ricardo Barreneche fue el martillo que impulsó este nuevo récord. Asimismo, Pablo Quiroz, representante de JPS, enfatizó que Lunita es un modelo productivo, rentable; en pocas palabras, es una vaca que factura.
La adquisición de Lunita por parte de La Poderosa Ranch Group, con más de 50 años en el mejoramiento genético Brahman, subraya su proyección internacional. Alberto Cadavid, representante de La Poderosa, destacó que Lunita es más que una vaca, pues es la representación de un proyecto genético que fue exitoso por su potencial en producción de embriones, crías de alto valor y posibles procesos de clonación.
La historia de Lunita representa un avance significativo para la ganadería colombiana, al demostrar que la inversión en genética de calidad puede traducirse en activos con un gran potencial rentable. De igual manera, su legado apenas comienza, y su impacto en la industria ganadera internacional promete ser duradero.