Aprenda la manera para capturar más carbono del que emite en producción ganadera
Para intentar disminuir el alto aporte de la ganadería a la generación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que de acuerdo con los reportes de distintas entidades como la FAO y Greenpeace es cercano a 14 % a nivel mundial, se vienen adelantando diversos estudios e investigaciones para proponer fórmulas que contrarresten este impacto.
En 2022, científicos de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat), la Universidad de Stuttgart de Alemania y el Banco Mundial demostraron mediante un estudio que, con un manejo integral de pasturas mejoradas en sabanas tropicales, se puede compensar hasta tres veces dichas emisiones.
En palabras de Jacobo Arango, biólogo medioambiental del programa de forrajes tropicales del Ciat, “esas pasturas y el manejo de un pastoreo rotacional influencian una acumulación de carbono en suelo, al tomar el CO2 que está en la atmósfera luego de ser emitido por cualquier otra actividad, no solo de la ganadería, lo absorben por sus hojas, lo translocan y lo ponen de nuevo en el suelo”.
El estudio se desarrolló en la Hacienda San José, en Vichada, la cual para la época en la que esta actividad se ejecutó, de 2017 a 2023, registraba una huella de carbono negativa. Sin embargo, luego de recalcularla, se evidenció que las absorciones de carbono eran mayores que las emisiones de GEI.
En síntesis, y según el informe final del estudio, “el manejo integral de una pastura mejorada (pasto Brachiaria humidicola o Urochloa humidicola) en sabanas tropicales puede acumular 2,5 toneladas de CO2 equivalente (eq) por hectárea al año. En conjunto con animales de alto mérito genético es posible desarrollar un sistema de producción en el que, por cada tonelada de CO2 eq que emite el ganado, se capturan tres toneladas en el suelo.
Según Arango, para que un ejercicio de este tipo pueda llevarse a cabo de forma efectiva, es clave lograr una armonía entre el suelo, la pastura, el animal e, incluso, el estrato arbóreo, considerando los diferentes factores tanto productivos como medioambientales en los que, dependiendo de la ubicación de la finca y su capacidad y orientación productiva, se logren combinaciones más favorables.
“Lo ideal es que uno siempre busque aumentar la productividad en la medida en que se incrementan también los indicadores medioambientales, y hemos demostrado con el estudio que eso es posible. Luego, se debe mirar cuál es la postura más adecuada para el sitio, la raza de ganado que más convenga para el sistema productivo que se esté implementando y el tema arbóreo, con los sistemas silvopastoriles, y así poder ir haciendo mejoras paso a paso hacia sistemas de ganadería más sostenibles”, dijo.
¿Cómo avanza el estudio del Ciat?
De acuerdo con Jacobo Arango, en la actualidad, diez meses después de la entrega del estudio, se está desarrollando un proyecto de carbono para analizar la viabilidad de acceder al mercado voluntario de carbono y monetizarlo o expedir bonos o créditos para comercializar el excedente.