Las variedades de papa nativa que se siembran en Cauca que contienen más nutrientes
La papa es uno de los cultivos agrícolas más importantes para la economía del país. Aunque la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa) aseguró que existen alrededor de 250 tipos, organizaciones estiman que esta cifra podría llegar a 850 variedades. Sin embargo, en promedio solo se consumen 12 tipos de este tubérculo.
Desde la Universidad Nacional de Colombia, en alianza con el International Development Research Center de Canadá (Idrc), Leider Andrés Tombé Morales, indígena misak y estudiante de ingeniería agronómica de la Facultad de Ciencias Agrarias, realizó un proyecto de recolección y caracterización morfológica de 43 variedades de papas nativas que se encuentran en el departamento del Cauca, con el fin de contribuir a su diversificación, reconociendo su importancia nutricional y cultural.
“En el Cauca hay muchos guardianes de semillas que tienen bastante trayectoria en el tema de conservación de papas, pero realmente no se conoce la diversidad real, ya que las mantienen de forma empírica y ese ha sido mi labor desde la academia, tratar de identificar y darle visibilidad a esas papas”, resaltó Tombé.
Esta diversidad de semillas es parte de la identidad cultural de las comunidades.Cada variedad tiene su valor tanto cultural como espiritual, su objetivo también radica en recuperar la memoria ancestral de las papas que están caracterizando en el Cauca.
Uno de los aspectos importantes frente a la memoria ancestral se basa en la concepción de la dualidad. En la comunidad misak esta noción está presente en las variedades de tubérculos, manejan las papas calientes “pachik” y las frías “pishi”.
“Cuando hablamos de papas calientes o frías, clasificamos también las enfermedades como frías o calientes. Cuando una persona tiene fiebre, no se le puede dar papas calientes, o cuando una persona tiene artritis, que es causado por el frío, se le alimenta con papas calientes. Esa es una de las concepciones que tenemos ahí”, precisó.
Una de las características de estas variedades nativas es su resiliencia frente al cambio climático. Aunque su producción es reducida, contiene altos índices nutricionales y son más resistentes a algunas enfermedades.
Las comunidades indígenas las conservan dada su importancia en el balance nutricional. A diferencia de las variedades que son consumidas regularmente, cuyo enfoque es la producción a gran escala, estas variedades contienen una mayor cantidad de antioxidantes y componentes nutricionales que aportan significativamente en la dieta de las comunidades.
Andrés Tombé busca a través de este proyecto fortalecer estos cultivos, para que en un futuro se pueden comenzar a consumir de forma generalizada, conservando a la vez los conocimientos ancestrales que yacen detrás de cada una de las variedades.
“Cuando una variedad de esas papas nativas se está perdiendo, es un recurso genético de la humanidad que se está desaprovechando, pero en las comunidades indígenas es doble pérdida, se va una parte de la identidad cultural”, concluyó.
La idea del proyecto es preservar la diversidad genética y los conocimientos ancestrales, con el fin de dar a conocer y proteger la biodiversidad y riqueza que hay en ese territorio.