Investigadores registraron una nueva especie de orquídea terrestre en Valle del Cauca
La orquídea, conocida también como la flor de mayo, es un símbolo de la biodiversidad del país. Según Procolombia, de las 4.270 especies registradas, 1.572 son endémicas, y 274 géneros están distribuidos en las diferentes regiones. Su posición geográfica y condiciones climáticas permiten que esta flor tenga una gran presencia a lo largo de todo el territorio, lo que lleva a que cada día se descubran nuevas especies.
Estudiantes del Semillero de Investigación en Orquídeas y Ecología de la Universidad Nacional de Colombia, Unal, descubrieron hace dos años una especie de espiga de tallo alargado con cerca de 40 pequeñas flores blancas en el Valle del Cauca que, tiempo después, de la mano del profesor Joel Tupac Otero Ospina, líder del semillero, lograron hacer el reconocimiento taxonómico de la especie.
Los investigadores tuvieron la confirmación del experto australiano en orquídeas Paul Ormerod, quien, tras un estudio de las fotografías de la especie encontrada, logró dar un dictamen positivo. “Su conocimiento en este género de orquídeas fue crucial para validar la identificación y clasificación de la nueva especie”, precisó Silvia Catalina Delgado Calderón, integrante del semillero.
Durante dos años, los estudiantes evaluaron la especie en una parcela experimental de 25 m2 en bosques de Belén e incrementaron su población de 150 a casi 300 individuos en la actualidad.
La Microchilus riopalenquensis se caracteriza por crecer en zonas húmedas como bosques, guaduales y áreas con abundante hojarasca, ubicadas por debajo de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y debe tener unos cuidados específicos para evitar que se seque.
Según los estudiantes, esta especie es un posible bioindicador de la salud ambiental y la biodiversidad, además de que sus usos se podrían basan en la restauración ecológica, por lo que, en países como Perú, es prohibida su comercialización.
El registro de Microchilus riopalenquensis, especie nativa de Ecuador, Colombia y Perú, supone un avance científico para el conocimiento botánico y el entendimiento de la gran variedad que puede existir en la región, además que deja entrever la posibilidad de descubrir otras especies en la región.