La semilla biotecnológica Pioneer aumenta la calidad y rendimiento del maíz cultivado

En Colombia, el maíz se ha posicionado como uno de los alimentos más consumidos en los hogares. Este producto se puede ver presentado de diferentes maneras como arepas, empanadas o envueltos. Se estima que 73% de los colombianos consume maíz en su desayuno; incluso, este grano se encuentra presente en el almuerzo y la comida debido a sus diferentes usos en la cocina.

La versatilidad del maíz ha hecho que este se vuelva uno de los productos con mayor demanda en el mercado nacional. Por esa razón, cada vez son necesarias más medidas para tener una producción de calidad y que cumpla con las expectativas del consumidor. Corteva, por medio de su marca de semillas Pioneer, tiene una participación en el mercado colombiano de 60%.

Estas semillas con biotecnología han estado presentes por más de 95 años. Para la compañía Arepas El Carriel, el uso de las semillas Pioneer ha tenido un gran impacto en la producción y comercialización de sus productos.

“Nos ha funcionado el maíz Pioneer. Hemos utilizado otras semillas y no nos ha dado el mismo resultado, pues al momento de cocinar el maíz necesitamos que se comporte como el arroz, que sude, pero sin necesidad de que se vuelva un mazacote”, dijo Luis Alberto Valencia, gerente y fundador de la compañía.

La empresa arepera tiene una siembra de 2.000 hectáreas de maíz aproximadamente, usando las semillas Pioneer que les proporciona Corteva. Se a encontrado que el rendimiento del grano es bastante bueno, pues mediante el uso de esta semilla, se logran recoger 9.3 toneladas de maíz por hectárea cosechada.

“Cuando empezamos a sembrar semillas híbridas biotecnológicas de Pioneer, notamos que la producción era mucho mejor. La confianza que les tengo surge porque las plantas se muestran fuertes, el tallo es más grueso y las mazorcas grandes, lo que mejora considerablemente el rendimiento en la cosecha”, afirmó Valencia.

El uso de las semillas híbridas y biotecnológicas puede aumentar la calidad del producto final, aumentando la capacidad del maíz para cumplir con las necesidades de color, calidad nutricional y valor en el mercado.