El concepto de las fincas sostenibles como alternativa para cuidar el medio ambiente

La llegada del cambio climático, junto con fenómenos como la contaminación y la baja calidad de aire en el planeta, he hecho que organismos como la Unión Europea comiencen a preocuparse por temas como la sostenibilidad y los métodos que ayuden a reducir el impacto negativo con el medio ambiente.

Por esta razón, varios productores a nivel nacional ya han comenzado a adaptar sus prácticas con el fin de ingresar a nuevos mercados tienen un margen de ganancia aún mayor. Es importante que el concepto de “finca sostenible” se comience a popularizar con el fin de expandir el margen de exportaciones del país, junto con la protección y el cuidado del medio ambiente.

Para llegar a tener una finca sostenible, hay varios aspectos que se deben tener en cuenta para su constitución. Según la Red de Agroecología Comunitaria, se deben considerar características como la conservación de la biodiversidad, el manejo de los desechos, la conservación del suelo, ahorro de agua, un respeto a la comunidad y una seguridad alimentaria nutricional.

Una de las claves principales para obtener una finca sostenible, es contar con un espacio que no solo esté apto para la producción. Este tiene que se un lugar amigable y empático con otras especies como aves y otro tipo de vegetación en sus alrededores. El ambiente tiene que estar involucrado con un espacio natural que se pueda llegar a considerar como un paisaje.

Claramente, se tiene que tener un buen manejo de los desechos que emana la producción y hay que tener prácticas de salubridad, reciclaje, o una buena manipulación de los residuos a la hora de desecharlos. La técnica de compostaje se ha vuelto muy efectiva para la reutilización de residuos naturales. Por otra parte, es importante que el espacio se mantenga con una limpieza adecuada, esto con el fin de alejar plagas, insectos o problemas para la salud de las personas.

Con el propósito de tener una capacidad de producción plena, y reducir los riesgos de fenómenos como la erosión en los cultivos; es importante que los suelos se mantengan bien conservados. De esta forma, se reducirá el porcentaje de perdida de la producción y el margen de ganancia y rentabilidad será aún mayor. Es importante que el suelo esté bien protegido por alguna capa de vegetación.

El método de la reutilización de los productos es clave para que una finca pueda ser sostenible. La reducción de elementos químicos como los fertilizantes o fungicidas es clave para que el territorio y el cultivo se conserve sin tener un impacto demasiado grande con el medio ambiente. Para esto es recomendable que se haga uso de abonos naturales y se usen productos que tengan, en su mayoría, productos naturales.

Más allá de la producción de los cultivos, el impacto social que puede tener una finca sostenible también es importante. La plantación debe ser amigable con el entorno que la rodea. Incluso, la Red de Agroecología Comunitaria afirma que la comunicación entre los productores es clave con el fin de llegar a acuerdos sobre nuevos cambios en sus fincas y los impactos que puede generar para las cosechas aledañas.