¿Cómo recuperar los suelos de sus cultivos después del largo fenómeno de La Niña?
Desde hace 33 meses el fenómeno de La Niña no ha parado de alterar el clima y las precipitaciones aumentaron constantemente desde abril de 2020. El Ideam estima que se alargara hasta marzo de este año, y esta temporada ha sido la más extensa registrada en dos décadas. Las precipitaciones de este periodo fueron más recurrentes en comparación con otras anualidades.
Varios sectores económicos fueron afectados por estos eventos climáticos, y uno de los gremios más impactados es el agro. Este tuvo varias desmejoras desde el inicio del ciclo de lluvias, como la disminución de la productividad, reducción del ingreso económico de los agricultores e incluso trajo enfermedades, entre otros aspectos. Las zonas más golpeadas están en los departamentos de Antioquia, Magdalena, Caldas, Cesar y Cundinamarca.
El aumento de la salinidad en los suelos es otra consecuencia de La Niña que impide no solo la adaptación de nutrientes de las plantas, sino la actividad microbiana del suelo. Hay pérdida en la cobertura del suelo y cambios en la estructura física. Es por esto que se debe tener un plan preventivo y de acción para recuperar los suelos de los cultivos a pesar de las predicciones, y mejorar la producción y la economía del sector en los siguientes meses.
Según el manual de "Recomendaciones sobre manejo de suelos afectados por inundaciones", escrito por Carlos Abaunza, Cesar Terán, Martha Bolaños y Julio Galindo, después de que se retire el agua de los suelos, se debe analizar el predio teniendo en cuenta la humedad superficial, esto se puede hacer a través de un recorrido lote por lote, verificando que no haya presencias de sedimentos y de capas mucilaginosa que sellan el terreno; a partir de estos se pueden hacer drenajes buscando "la cota" más baja del área.
La profundidad del nivel freático, es otro aspecto a analizar, que es la zona subsuperficial del suelo, "se realiza una perforación hasta encontrar el nivel de las aguas subsuperficiales o nivel freático, de acuerdo con la pendiente del lote". Hay que evaluar características físicas y químicas de este y verificar las propiedades de la vegetación, ya que esta "siempre es una indicadora de la condición que habita, la variedad y cantidad de especies permitirá hacer inferencias sobre el estado del suelo, desde su compactación hasta la salinidad o modicidad", explicaron.
A partir de estos resultados se debe aplicar fertilizante y poner una cobertura de suelo. "Esta es una capa amortiguadora del movimiento del agua, por lo tanto, debe procurarse conseguir este objetivo rápidamente. Evitando costras salinas y alcalinas, además de impedir la compactación de la superficie por acción de las lluvias”, según recalcaron.
Recomendaciones para hortalizas
En el caso de las hortalizas, se pueden recuperar los suelos reactivando los microorganismos que existen en él, con productos naturales y biológicos “como biofertilizantes, solubilizadores de fósforo, fijadores de nitrógeno-no, entre otros, que ayudan a descomponer residuos orgánicos, se puede aumentar la disponibilidad de nutrientes y controlar algunas enfermedades”.
Sembrar cultivos con residuos de cosecha puede ayudar a recomponer las propiedades físicas del suelo. Cabe recordar que es clave no sembrar cultivos sensibles que sean desfavorecidos por la humedad.