Los problemas burocráticos que se han generado con la aplicación de energía solar
Las empresas han sido las que más han explotado el significado de las energías renovables, entre las que está la energía solar, aquella que busca por medio de un sistema de paneles generar electricidad y aprovecharla como lo haría normalmente con una empresa de servicios públicos.
Aunque los proyectos llaman la atención, el servicio aún es complicado para personas naturales que lo quieran replicar a gran escala en sus casas.
Por ejemplo, en el municipio El Retiro, Antioquia, el empresario David Duque fue uno de los primeros que quiso probar en la región estos procedimientos. Sin embargo, además de los $5 millones que le costó en inicio adquirir los paneles y su instalación con los accesorios necesarios, hay una serie de permisos y diligencias que además de tiempo le han significado $3,6 millones adicionales.
Como el caso de este antioqueño existen más no solo en la región sino en otros departamentos. Por esto, LR le muestra cuales son esas barreras burocráticas que aún hacen difícil pensar en tener energía solar en un hogar común y corriente; además de las inversiones.
Permiso en la Upme
En primer lugar, el usuario tuvo que realizar un registro de generación fotovoltaica ante la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), diligenciar anexos de la entidad; y certificado vigente de constitución de la Cámara de Comercio ($5.500).
Luego, se debe llenar un formato en el que se vea la “Constancia de finalización de estudios de reconocimiento y prefactibilidad” expedida por la empresa que adelantó los estudios técnicos, económicos y ambientales (mínimo $100.000); anexar estudios de reconocimiento y mapa de localización con coordenadas.
Todo lo anterior se junta en la inscripción en el registro de proyectos de generación de energía eléctrica de la Upme, en Bogotá ($15.000). El tiempo de espera de este registro son 30 días calendario, en el caso de David Duque, no se cumplió y debió sumar un estudio extra de casi $120.000 más.
Certificar el aval ante la Upme
Tras el primer paso, debe diligenciar otro formato para solicitar la certificación con la que podría obtener el incentivo de la exclusión del IVA; de nuevo un certificado de existencia de Cámara de Comercio con 30 días de vigencias (es decir, si el del primer paso no funciona, debe sumar otros $5.500 y el tiempo para solicitarlo).
Junto al paquete, se exige una descripción del proyecto; sumar los planos de la obra y hasta los equipos que esta requiere para la instalación. Una vez recolectado esto de nuevo se debe radicar en la Upme de Bogotá ($15.000 más).
El certificado lo podría recibir en 45 días calendario (15 días por revisión de comité, 15 para requisitos adicionales y 15 para la expedición ($20.500).
Certificación ambiental
Cuando se aplican estos sistemas hay beneficios como eliminación de IVA y algunos para el impuesto de Renta. Pero este es uno de los procesos más largos porque necesita 22 puntos entre permisos y documentación requerida.
Algunos de esos pasos son temas como solicitud de beneficios tributarios, certificado de existencia y representación legal ($5.500), estudios de factibilidad (desde $100.000), copia de las autorizaciones ambientales vigentes expedidas por la autoridad ambiental competente (en algunos casos es un trámite extra en la CAR).
Para culminar con este tercer paso, hay un tiempo de espera de 65 días que se dividen entre 10 días hábiles para revisión y comunicación de faltantes, 45 días para emisión de requisitos adicionales y 25 días faltantes para elaboración del certificado ($105.500).
Con la empresa de energía
Luego de que logró los trámites con las autoridades, debe llegar a la puerta de su empresa que presta los servicios de electricidad de manera normal.
Según esto, el usuario debe solicitar el cambio en el funcionamiento del sistema, trámite que tuvo que hacer David Duque en el caso de EPM, empresa a la que acudió.
Allí hay 10 pasos entre estos aparece uno que exige tener los cálculos de las proyecciones de energías generadas por el sistema para entregar a la red y para consumo interno.
Pero llegando al final de todo el proceso vienen los costos más altos. Por ejemplo EPM al caso de Duque, le pidió una certificación Retie (documento expedido por el Ministerio de Minas que vale $1,4 millones más IVA); y un cambio con EPM para pasar del medidor convencional al bidireccional ($1,2 millones).
El medidor especial es necesario para este tipo de tecnologías por eso es un punto que no se puede omitir.
Luego de ocho meses desde que Duque empezó en el primer paso, hoy está a la espera de que EPM (luego de haber pagado), logre instalar el medidor para que se pueda calcular qué energía genera él con su planta y cuál usa de la empresa.
Al cierre de esta edición EPM dijo a LR que está revisando el tema, y pronto podría generar una respuesta. Pese a esto, los trámites para tener un panel solar siguen siendo demorados.