Entérese cuáles son las tecnologías emergentes en el monitoreo y control de plagas
La integración de las tecnologías avanzadas se ha convertido en una herramienta esencial para enfrentar la amenaza de la chicharrita, que es una plaga grave para los productores de maíz, principalmente en Argentina. Una de las innovaciones más destacadas es el uso de los modelos predictivos que, mediante información georreferenciada y algoritmos matemáticos, permiten identificar áreas propensas a la infestación de la plaga. Esta metodología facilita el tomar medidas preventivas y reduce exponencialmente la dependencia de insecticidas químicos.
Otro de los mecanismos más utilizados es la técnica de interferencia por ARNi, que es una herramienta biotecnológica útil para silenciar la expresión de genes específicos, disminuyendo o impidiendo la síntesis de proteínas esenciales para la plaga, que permite el diseño de bioplaguicidas ambientales seguros. Esto, en la actualidad, ha mostrado resultados prometedores, ya que logra interferir con los procesos vitales de la chicharrita, manteniéndola bajo control y sin causar mayor daño en el medio ambiente.
La adopción de herramientas digitales y automatizadas también está revolucionando el manejo de plagas. Por ejemplo, los sistemas de monitoreo remoto, trampas inteligentes y drones equipados con sensores que permiten una vigilancia constante y en tiempo real de los cultivos. Estas tecnologías facilitan la detección temprana de infestación y la aplicación localizada de tratamientos, permitiendo la optimización de recursos.
En Argentina, la respuesta a la crisis de la chicharrita ha impulsado una transformación tecnológica en el sector agrícola, pues han implementado prácticas importantes como siembra directa en un 94% y un ajuste en la densidad sembrada según las condiciones de cada región. Demostrando lo relevante que es la unificación de la tecnología y el conocimiento agronómico.
A pesar de que hoy por hoy se cuenta con grandes avances contra la chicharrita del maíz, aún se tienen grandes desafíos por delante. Como es el caso de la dependencia excesiva de insecticidas que a largo plazo no son sostenibles por posibles efectos adversos en el medio ambiente, en la salud del cultivo y humana. Por ello es crucial seguir convirtiéndolos en investigación e incentivar el desarrollo de tecnologías que permitan un desarrollo más ecológico y eficiente de las plagas.