Drones, aliados con tecnología de punta para lograr una agricultura de precisión
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Drones, aliados con tecnología de punta para lograr una agricultura de precisión

También conocidos como sistemas no tripulados, se valen de sistemas electrónicos que automatizan las tareas de navegación.
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Los drones, también conocidos como sistemas no tripulados o remotamente tripulados, se valen de sistemas electrónicos que permiten automatizar las tareas de navegación. Cuentan con cámaras de alta definición, son completamente inteligentes y permiten evidenciar en tiempo real lo que se está filmando y las fotografías que se están tomando.

La agricultura de precisión y la percepción remota son los conceptos básicos bajo los cuales se desarrolla el uso de drones para la agricultura. Cuando un agricultor mira sobre un cultivo está percibiendo remotamente su estado de crecimiento, al mirar el color y f orma de las hojas puede hacer una determinación visual de sí se encuentra bajo algún tipo de estrés por sequía, deficiencia nutricional o infestación por plagas o enfermedades.

El proceso de mirar y determinar el estado del cultivo a la distancia es una forma de percepción remota, mecanismo usado desde 1930, que constituye una herramienta potencial de manejo para agricultores de precisión.

Las imágenes y videos le permiten al productor ver rápidamente los cultivos en su campo y decidir cuales áreas necesitan un manejo posterior. Gracias a la tecnología es posible ver objetos desde grandes distancias, pero todavía continúan los desarrollos como herramienta de manejo para la producción vegetal.

“La tecnología de los drones está entrando en el campo del diagnóstico y monitoreo de cultivos, que hasta ahora se había hecho con imágenes tomadas con aviones tripulados o fotografía satelital, para hacer mapas de los cultivos y la planeación de los mismos, así como para diagnosticar el estado de salud del cultivos, con imágenes especializadas, tomadas por medio de sensores remotos transportados por drones, que permiten el análisis de las diferentes partes para poder hacer una agricultura de precisión”, explicó Rodrigo Escobar, del área de innovación y desarrollo de Advector, que viene desarrollando investigaciones con Cenipalma y Cenicaña, entre otras entidades.

Para Sebastián Moreno, consultor en servicios y nuevas aplicaciones de Heliboss, que cuenta con Palmas del Casanare, como uno de sus clientes, se debe considerar el uso de cámaras infrarrojas para detectar el estado nutricional de una planta, y de la fotogrametría para el tipo de vegetación. “Queremos brindar un servicio completo de reconstrucción en tres dimensiones, a partir de los drones, para ofrecer toda una reconstrucción de la plantación”, agregó.

Elaborar un mosaico de imágenes de un área de 1.000 hectáreas, utilizando un dron, cuesta $10 millones aproximadamente. Se puede contratar el servicio, cuyo valor depende del área, el tipo de imagen y detalle requerido, o adquirir la tecnología, teniendo en cuenta que las habilidades técnicas para operar un dron son mínimas. En Heliboss el servicio es por proyecto, cuesta $30 millones, un año. En el mercado hay un rango muy amplio de precios de drones, algunos incluyen cámara especializada para agricultura. Se pueden encontrar desde $2,5 millones hasta $62 millones, o más, dependiendo de sus características, como programación de rutas automáticas y grabación de coordenadas, y la calidad de la cámara. El sensor puede llegar a ser más caro que el dron.

Otras aplicaciones de los drones en agricultura es el manejo de la seguridad de las plantaciones, haciendo recorridos perimetrales, y la fumigación, que en Japón tiene una amplio uso. Por lo general se emplean para fumigar partes pequeñas de cultivos, y gracias a la precisión no contaminan. “Con el análisis de imagen se puede hacer una fumigación dirigida, sin necesidad de fumigar toda la plantación, reduciendo costos, y luego se puede observar la reacción de la vegetación. Estamos haciendo esto con al dron más grande que tenemos, que levanta 10 kg”, comentó Moreno.

Las aplicaciones reales de los drones en los cultivos están empezando a verificarse. El Instituto Geográfico Agustin Codazzi (IGAC) en convenio con Corpoica, están desarrollando una prueba piloto de agricultura de precisión, realizando monitoreos de cultivos. “Los vuelos se toman con los drones de Corpoica, tiene las parcelas y los equipos, lo que no han podido es procesar los datos, hacer el ajuste geométrico para calcular áreas y sacar los índices de vegetación, con el fin de determinar el estado de los cultivos y calcular la prospección de rendimiento por hectárea”, aclaró Juan Antonio Nieto, director general del IGAC. Si el monitoreo de cultivos funciona, el objetivo es implementarlo en otras zonas del país.

La percepción remota

La percepción remota (PR) ha sido definida de varias maneras. En general, es un grupo de técnicas para recolectar información sobre un objeto o área sin tener que estar en contacto físico. Las distancias que separan al sensor del objeto o área estudiada pueden variar desde unos pocos metros hasta miles de kilómetros. Los métodos más comunes para recoger información incluyen el uso de sensores colocados sobre aviones o satélites, y ahora en drones, gracias a sus características.

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