Propiedades antioxidantes del agraz lo convierten en refuerzo inmunológico natural

El agraz silvestre, también conocido como arándano tropical, es una especie arbustiva nativa de las zonas montañosas andinas de Colombia, Venezuela, Ecuador​ y Perú, conocida por su potencial antioxidante, que combate los radicales libres y, por consiguiente, el envejecimiento prematuro.

En Colombia, la presencia de esta planta se registra en alturas entre 2.200 y 3.400 metros sobre el nivel del mar. Además, posee el beneficio de que es el único país del trópico que cuenta con dos cosechas anuales.

Su manejo agronómico se basa en siembras en parcelas a distancias de 2x3 metros, siempre teniendo en cuenta que se debe evitar modificar su hábitat natural, comprendiendo que es una especie silvestre.

Su alto contenido de vitaminas y antioxidantes, lo convierten en un aporte positivo para la dieta diaria, siendo, igualmente, un refuerzo inmunológico natural popular dentro de la industria alimenticia.

Según Kelly Guette Angarita, nutricionista y dietista, especialista en actividad física y salud, combate las infecciones urinarias y su alto contenido en fibra lo hace altamente beneficioso para el tránsito intestinal y los problemas de estreñimiento.

“Entre sus beneficios se reconoce su contribución a la mejora del sistema inmunológico y prevención de algunos tipos de cáncer. También ayuda al buen funcionamiento de la memoria y el sistema inmunológico, y se le atribuye a la mejora de la hemoglobina en sangre por su alto contenido en hierro y vitaminas”, resaltó Angarita.

Estudios del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, NIH, por sus siglas en inglés, sugieren que los compuestos bioactivos presentes en el agraz juegan un papel importante en la prevención de la degeneración cerebral relacionada con la edad y en la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Además, “gracias a sus propiedades nutricionales, se le reconoce su ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, además de que es un gran aliado en el tratamiento de la diabetes y mejora la visión, protegiéndola contra el glaucoma”, añadió la experta.

Su palatabilidad hace que sea fácil de incluir en la dieta diaria a través de distintas presentaciones. Su consumo comprende desde jugos e infusiones, hasta su inclusión en ensaladas de frutas, batidos y yogures, siempre procurando comerlo en fresco sin azúcares añadidos.

Cuando se consume por primera vez, puede causar, dependiendo el organismo de la persona, efectos adversos. Por eso mismo, expertos recomiendan incluirlo paulatinamente en la dieta, sin exagerar en su consumo, y siempre procurando tener la asesoría de un experto nutricionista que determine su viabilidad y la mejor manera de utilizarlo.

“Su variabilidad de preparaciones la hacen una excelente opción a la hora de escoger una alimentación saludable y consciente”, concluyó Angarita.