El chachafruto, alternativa antihipertensiva y antioxidante por su contenido proteico
El chachafruto o balú es un árbol nativo de América, cuyo fruto contiene 23% más de proteínas en comparación con leguminosas como el fríjol o la arveja.Sus bondades para la alimentación lo convierten en suplemento básico tanto para consumo humano, como para alimentar a cerdos y gallinas. Así lo expone una investigación realizada por la Universidad de Antioquia y del Tolima, cuya meta fue identificar su uso para prevenir y tratar enfermedades metabólicas.
El balú es un árbol con raíces y nódulos que le permiten tomar nitrógeno del suelo. Su distribución se da en la cordillera de los Andes, con valores de precipitación de 1.500 a 2.000 mm de lluvia al año.
Es un cultivo que puede estar en asocio con siembras de otras especies como el café y lulo y, además de producir semillas para su consumo, las hojas y ramas jóvenes tienen alto contenido proteínico, funcionando también como cerca viva, alimento para la fauna y la recuperación de suelos.
Ante su riqueza en diversas proteínas, José Edgar Zapata Montoya y Carlos Martín Guerra Almonacid, profesores e investigadores de la Universidad de Antioquia y del Tolima, respectivamente, evaluaron su potencial frente al tratamiento y prevención de enfermedades metabólicas.
La investigación “Evaluación y caracterización de péptidos bioactivos extraídos de harina de chachafruto Erythrina edulis”, financiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, MinCiencias, tuvo como eje determinar y categorizar aquellos productos que favorezcan el metabolismo de los seres vivos.
Para ello, separaron la proteína del chachafruto, teniendo como materia prima las semillas de la leguminosa. “Se escogió la Erythrina edulis, comúnmente conocida como chachafruto, porque a pesar de su alto valor nutricional y de su amplia producción en la zona andina colombiana, está siendo subutilizada”, destacó Amonacid, integrante del proyecto.
Después de la obtención de la harina, se sometió a un proceso de hidrolisis, en el cual se le encimaron enzimas, estabilizadores de Ph y agua, a temperaturas y mezclas controladas, cuyo resultado fue la extracción de un líquido rico en efectos antioxidantes y antihipertensivos.
¿Qué encontraron?
“Con métodos químicos encontramos un buen potencial antioxidante de los compuestos y con los análisis celulares y en órganos aislados, ex vivo, se descubrió su actividad antihipertensiva”, resaltó Zapata.
Tras una serie de estudios con ratas en los laboratorios de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, en Cuernavaca, se demostró que los compuestos bioactivos del chachafruto compiten como antihipertensivos con uno de los medicamentos más comunes del mercado.
Además, no generaron efectos adversos o secundarios en los organismos, lo que promete ser una buena alternativa de consumo para prevención y tratamiento de enfermedades metabólicas.
“Viendo los resultados actuales, creo que el proyecto puede llevar a la creación de un medicamento o por lo menos de un producto nutraceútico, alternativa farmacéutica”, concluyó Zapata.