Wall Street estrena esta semana aerolínea de lujo para perros con vuelo a California
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Wall Street estrena esta semana aerolínea de lujo para perros con vuelo a California

El precio es de US$6.000 por trayecto dentro de EEUU y US$8.000 si es a Londres (el doble para billetes de ida y vuelta)
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Wall Street ya tiene nueva aerolínea de lujo que conecta la capital financiera con Europa vía Londres y con la costa Oeste de Estados Unidos a través de Los Ángeles (California). La gran novedad es que en esta compañía los asientos no están reservados para los grandes inversores ni para los millonarios que pueblan Nueva York, sino para sus mascotas.

Y más concretamente, para sus perros, que son los auténticos clientes de Bark Air (que literalmente se puede traducir como ladrido en el aire). Por muy protagonistas que sean los animales, de momento, la tarjeta de crédito con la que se haga efectivo el pago de los US$16.000 que cuesta el billete de ida y vuelta a Londres tiene que estar a nombre de un humano.

Los perros no pagan en Bark Air, solo vuelan. Y a todo lujo. Primera clase. El vuelo inaugural tendrá lugar el jueves y conectará Wall Street con Silicon Valley.

Lo que no ha trascendido de momento es el nombre de los ilustres pasajeros caninos que tendrán el honor de estrenar esta experiencia prémium, que incluye, entre otras cosas, la asistencia de un mayordomo desde el momento en el que se hace la reserva hasta después del aterrizaje.

El precio es de US$6.000 por trayecto dentro de EEUU y US$8.000 si es a Londres (el doble para billetes de ida y vuelta).

El mayordomo se encarga de realizar todos los trámites necesarios para que el animal pueda volar y, de paso, toma nota de la raza e, incluso, de sus gustos para personalizar su experiencia de vuelo. El dueño puede acompañarlo, pero en la aerolínea dejan claro que el cliente es el animal, no su amigo humano -que puede contratar el servicio sin acompañante, como cuando el pasajero es un menor de edad- .

Para quien se pueda permitir estos precios, la única desventaja es que la compañía vuela desde aeropuertos secundarios. Tanto, que en Nueva York hay que ir hasta el aeródromo de Westchester, a casi dos horas en coche de Wall Street.

Pero como en este caso el dinero no es un problema, existe conexión vía helicóptero desde el centro de la ciudad por menos de US$2.000. La compañía incluso tiene cascos especiales para que el ruido de las hélices no moleste a los animales, muy parecidos a los que ha diseñado también la aerolínea para el momento del despegue y el aterrizaje.

Bark Air tiene un compromiso de calidad y atención al cliente: los perros estarán cómodos durante todas las fases del vuelo. Nada de estrés ni de molestias. Y, para que estén entretenidos, no faltarán golosinas, comida, bebida e incluso chaquetas y mantas para calmar a los animales si se ponen nerviosos durante el trayecto.

Además, no hace falta presentarse en el aeropuerto con horas de antelación. La ventaja de ser aeródromos secundarios (en el caso de Reino Unido es Stansted, a poco más de cincuenta kilómetros de Londres) es que todo el proceso es mucho más rápido. Con 45 minutos es suficiente para superar los controles de seguridad.

La nueva aerolínea es el último proyecto empresarial promovido por BarkBox, una empresa conocida en Estados Unidos por su servicio de suscripción con cajas repletas de juguetes y golosinas para mascotas, que ha detectado un nicho importante cuando se trata de volar en avión con perros grandes.

Nicho de mercado

Aunque algunas aerolíneas, como American Airlines, están flexibilizando su política a la hora de dejar volar animales dentro de la cabina del avión junto a sus dueños, lo cierto es que la mayoría tiene que viajar en jaulas en la bodega, salvo cuando se trata de perros pequeños que pueden ir en un transportín a los pies del asiento -normas diferentes aplican para animales de asistencia-. Todavía es más complicado cuando se trata de vuelos internacionales, ya que algunos destinos además exigen periodos de cuarentena y un sinfín de documentación.

Bark Air no ha ofrecido detalles sobre cómo van las reservas de sus vuelos ni los trayectos más solicitados, pero sí confía en que a medida que el servicio se vaya popularizando poder bajar los precios para que la experiencia esté al alcance no solo de las mascotas de Wall Street, sino de un público mucho más amplio

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