Algunos síntomas del desarrollo de demencia felina en los animales mayores de 10 años
En el país, cada vez es más frecuente que un peludito (perro, gato o mascota no convencional) sea parte de la familia. Si tuviera que elegir entre perros y gatos, ¿cuál prefiere? En caso de que sea de los amantes de los gatos o tenedor de alguno de ellos, debe tener en cuenta que al envejecer empiezan a desarrollar algunas enfermedades, entre estas la demencia, que de forma progresiva va deteriorando las capacidades cognitivas de los animales.
De acuerdo con un estudio publicado recientemente en la Revista Europea de Neurociencia, también se conoce como el síndrome de disfunción cognitiva felina y sus síntomas principales, al igual que en humanos, incluyen aumento en la vocalización, cambios en sus interacciones sociales, alteración en su ciclo de sueño y desorientación. A nivel patológico, se puede presentar atrofia cerebral y pérdida neuronal.
Como tenedores, se suelen confundir con rasgos de envejecimiento, pero también implican problemas en sus procesos de memoria y aprendizaje. En este sentido, si el gato tiene diez años o más, es necesario que esté atento a los maullidos, pues al ser excesivos o en situaciones y horarios inusuales pueden ser un signo de alerta.
Si su gato aún es joven, pero quiere estar preparado en caso de que desarrolle esta enfermedad, empiece a identificar la manera en que interactúa con usted y con su entorno, ya que en ocasiones un factor clave es la búsqueda de atención más frecuente o la mayor irritabilidad. Esto va de la mano con la identificación de sus hábitos de sueño, pues puede presentar mayor inquietud en la noche o periodos más frecuentes y extensos de sueño durante el día.
Otro factor muy diciente, y más en una especie que suele ser limpia, es que deje de reconocer los lugares en los que suele hacer sus necesidades; por tanto, puede empezar a utilizar como arenero lugares diferentes. Además, puede presentar signos de confusión, que incluyen pérdida de orientación, mirada extraña y forma de actuar inusual frente a objetos conocidos.
Esto acompañado de la variación en su actividad física y dedicación a mantenerse limpio, además de un poco de letargo o ansiedad en contextos en los que por lo general sentía seguridad, incluyendo personas, lugares e incluso sonidos. Puede presentarse por medio de comportamiento temeroso o escondiéndose para escapar. Además, es característico dificultades en el desarrollo de actividades ya conocidas o que hacían parte de su rutina cotidiana.
Recuerde que si se percata de alguno de estos comportamientos, lo más recomendable es visitar a su veterinario de confianza, que podrá darle un diagnóstico real y recomendaciones prácticas. Tenga en cuenta también que la demencia felina puede desencadenar otros factores como la artritis y la enfermedad renal. Algunas creencias que se tienen sobre la mitigación del impacto de la enfermedad incluyen la estimulación mediante juegos y cambios en la alimentación para mayor consumo de antioxidantes.