Así puede reducir el nivel de estrés y ansiedad de su mascota por el ruido de pólvora
En esta época de fin de año, uno de los principales dolores de cabeza de los dueños de mascotas es el estrés que los estallidos de la pólvora causan en ellas, lo cual les provoca, en algunos casos, graves complicaciones de salud.
Aunque es casi imposible protegerlas totalmente de la pirotecnia, hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar a reducir el impacto que ésta tiene en ellas.
Según María Paula Méndez, educadora felina y propietaria de la marca María Palitos, la pirotecnia puede generar estímulos aversivos en los animales, especialmente en los gatos, al tener sentidos más desarrollados que los humanos: “Estos estímulos, al no ser predecibles ni controlables por el gato, pueden desencadenar respuestas de escape y evitación, intentando huir, saltar o esconderse. Su forma de reacción dependerá de múltiples variables. Una de ellas es su historial de aprendizaje y en el contexto en el que se encuentre, por lo cual no se puede generalizar, pues no todos responden de la misma manera”.
Entre los principales riesgos asociados a estas respuestas, están las lesiones que los animales puedan tener en las huidas o fugas inesperadas, especialmente si tienen acceso a puertas y ventanas, o a lugares que contengan cosas que les puedan caer encima.
Así mismo, el estrés sostenido por la escucha frecuente de explosiones relacionadas con la pólvora, puede desencadenar en la pérdida del apetito, el aumento de la vigilancia, salivación excesiva, jadeo, vómito, diarrea o problemas en la micción y defecación.
No obstante, es de anotar que los gatos, al ser animales territoriales y cazadores solitarios, preferirán buscar refugio en un lugar seguro, habitualmente lejos de los humanos, mientras que los perros, al ser animales gregarios, tienden más a buscar a las personas en momentos de estrés.
Según la experta, para minimizar los efectos del estrés por la pirotecnia, es fundamental preparar y entrenar al animal con anticipación, enfocándose en el manejo ambiental y contextual, así como en el fortalecimiento de conductas que faciliten la regulación emocional durante esos eventos.
La primera recomendación, es establecer un espacio seguro para el animal: “Escoger un lugar en el hogar que sea lo más insonorizado posible, como un closet, una caja grande o un baño, y mejorar su aislamiento acústico, utilizando materiales como espuma, cartón, cajas de huevo o corcho. Este espacio debe entrenarse previamente, haciendo que el animal lo asocie con tranquilidad y seguridad”, afirmó Méndez.
También es útil poner música o estímulos relajantes previamente condicionados y brindar un manejo ambiental que permita que el entorno general sea predecible y estable. Además, se deben bloquear los estímulos adicionales que puedan intensificar el estrés del animal.
Para esto, es útil generar rutinas con anticipación a las fechas en las que habrá pólvora sonando.
Otra recomendación muy importante es evitar medicamentos o ansiolíticos inapropiados: “El uso de sedantes o ansiolíticos en gatos durante eventos estresantes, puede ser contraproducente. Estos medicamentos suelen inducir a un estado de adormecimiento físico, lo que significa que el gato no puede moverse con normalidad. Sin embargo, su sistema sensorial permanece alerta a los estímulos aversivos, lo cual genera un conflicto interno, pues el animal percibe el peligro, pero no puede reaccionar, lo que puede intensificar su estrés e incluso provocar problemas médicos como taquicardia, dificultad respiratoria o alteraciones en el sistema nervioso”, explicó la experta.
No obstante, a pesar de que se tomen todas estas precauciones, sigue existiendo la posibilidad de que la mascota, tenga una reacción extrema frente al ruido provocado por la pólvora. En estos casos, es recomendable tomar otro tipo de medidas.
“Estas reacciones requieren una respuesta inmediata y estratégica para reducir el estrés. En estos casos, se debe guiar al animal hacia el espacio seguro, utilizando estímulos como el nombre o un juguete que le guste, para atraerlo. Si el animal intenta huir, asegurarse de que no pueda salir de la casa o acceder a áreas peligrosas”. Tampoco es recomendable sujetarlo, porque esto puede aumentar su estrés y provocar acciones violentas defensivas.
Así mismo, se recomienda dar un manejo ambiental inmediato, cerrando puertas y ventanas, reduciendo el impacto del ruido exterior.