Al menos 50% de las hembras caninas en el mundo se ven afectadas por cáncer de mama
El cáncer de mama es una de las neoplasias más frecuentes en las perras, pues representa aproximadamente 50% de los tumores que afectan a las hembras caninas, según investigaciones. Esta enfermedad se caracteriza por el crecimiento descontrolado de las células en el tejido mamario, lo que forma masas que pueden variar en tamaño y letalidad.
La principal causa asociada al desarrollo del cáncer de mama en perras es la influencia hormonal. Gracias a la exposición prolongada a hormonas como el estrógeno y la progesterona, incrementa significativamente el riesgo de una posible aparición de tumores mamarios. Por ello las perras que no están esterilizadas o que lo fueron después de varios celos presentan una mayor predisposición a desarrollar esta patología.
Los signos de alerta más comunes incluyen la aparición de bultos o masas en la región mamaria, especialmente en las glándulas que se encuentran cerca de las patas traseras.Tenga en cuenta que estas masas pueden variar en cantidad o ser solo una e igualmente varían de tamaño y consistencia. En casos donde la situación está avanzada es usual observar ulceraciones, secreciones anormales o inflamación en la zona afectada.
Es recomendable considerar estos síntomas para que, si es el caso de su mascota, pueda haber una detección temprana para un pronóstico favorable; por ello, lo mejor es que los propietarios realicen palpaciones regulares de las mamas de sus mascotas y acudan al veterinario ante cualquier anomalía.
Frente al tratamiento, la mastectomía, que es una cirugía, puede ser una opinión y a criterio del médico se decide si debe ser parcial o total. Esto depende de la extensión y localización del tumor. En casos donde el tumor es maligno o tiene riesgo de metástasis se puede considerar la quimioterapia como un tratamiento complementario. No obstante, la radioterapia, aunque no es menos común en perros, puede ser una opción en ciertos casos. Pero sin duda alguna, la detección temprana y la intervención oportuna mejoran de manera importante el pronóstico y la calidad de vida de la perra afectada.
La medida preventiva más efectiva que existe es la esterilización temprana,gracias a que llevar este proceso antes del primer celo reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama 90% según algunos expertos. Además, mantener un control veterinario regular, una dieta equilibrada y evitar la obesidad son otros factores que pueden contribuir a la prevención de esta enfermedad.
Finalmente, aunque el cáncer de mama en perras es una enfermedad común se puede evitar en gran medida, pero para ello se necesita la concientización sobre la esterilización temprana, la realización de chequeos veterinarios periódicos y la vigilancia activa por parte de los propietarios.