Establezca sistemas silvopastoriles, la unión entre árboles, frutales, pasturas y ganado
La combinación de árboles y agricultura ha sido una de las prácticas que los seres humanos han realizado por siglos, con el fin de mejorar la producción agropecuaria a largo plazo, proteger el suelo y el agua, impulsar las economías locales y preservar el hábitat.
Por eso se han desarrollado los sistemas agroforestales, SAF, que son básicamente una mezcla de aplicaciones forestales con agricultura y/o pastoreo sobre la misma unidad de superficie.
Dentro de los SAF están los sistemas silvopastoriles, que es la combinación de árboles, arbustos forrajeros y pastos con la producción ganadera en la finca.
Wilson Barragán, investigador Ph.D., Asociado, Centro de Investigación Turipaná de Agrosavia, señala que estos sistemas se han convertido en una herramienta práctica para desarrollar la ganadería sostenible.
También dijo que los árboles empleados en esta labor pueden ser multipropósitos, esto es, que produzcan madera, frutos o sombra para el beneficio de los animales. Además, hay arbustos que tienen como finalidad servir de alimento para el ganado, al igual que el pasto.
Al respecto, Manuel Gómez, director de sostenibilidad de Fedegan, dijo que “los sistemas silvopastoriles son arreglos agroforestales que están compuestos por varios estratos donde se destacan un primer nivel de gramíneas, un segundo de arbustos forrajeros y un tercer y cuarto de árboles de mediano y gran dosel, los cuales a través de sinergias con los bovinos aumentan la productividad y la biodiversidad”.
“Más que cultivos, se busca que las características de las especies a utilizar, se adapten mejor a estos arreglos y a las particularidades edáficas y climáticas de los predios, que tengan un comportamiento de tolerancia al ramoneo, desarrollo rápido y fomenten la conectividad entre fragmentos de bosques, y contribuyan con los ciclos biológicos”, anotó Gómez.
Es importante destacar que, estos sistemas, se pueden adaptar a diferentes tipos de manejo y condiciones medioambientales. Los arreglos más comunes que se consiguen implementar son las cercas vivas, árboles en potrero y los sistemas silvopastoriles intensivos como los son setos forrajeros, bancos de forraje y de pastoreo.
Jhon Jairo Zuluaga, investigador Ph.D. del Centro de Investigación Nataima de Agrosavia, destacó que cualquier cultivo se puede adaptar a los SAF, porque lo que se busca con ellos, es una interacción donde se pretende que haya una mayor eficiencia de los recursos naturales, mediante la combinación de la producción agrícola y forestal.
Con ello se pretende alcanzar mejorías en varios aspectos, como la plantación de árboles y de cultivos alimenticios que puedan ser utilizados para la seguridad alimentaria.
Entre los cultivos que más se usan en estos sistemas están el café, el cacao, pero también se encuentran el fríjol, el maíz y las especies menores, entre otros.
Zuluaga advierte que el tipo de cultivo que se puede adaptar mejor a un sistema de estos es variable, porque hay que observar en qué zona del país se va a llevar a cabo, porque para cada lugar, hay unas variedades que se acomodan mejor que otras.
Otros sistemas parecidos
La silvicultura es el cuidado y la gestión de los bosques para el adecuado aprovechamiento de los recursos que se extraen de los árboles, como puede ser la madera o los frutos. Por consiguiente, engloba las actividades de siembra, mantenimiento y explotación de cultivos forestales (bosques y montes).
En este orden de ideas, un sistema de silvicultura es el proceso mediante el cual las cosechas o masa arbórea que constituyen un bosque son cuidadas, removidas y sustituidas por nuevas cosechas, lo que da lugar a la producción de árboles de formas distintivas.
Maritza Duque Gutiérrez, profesora del departamento de Química y Biología de la Universidad del Norte, explicó que “un sistema de silvicultura funciona desde la gestión que se hace de los bosques que contempla la instauración, el mantenimiento y el aprovechamiento final de estos ya sea para madera o la obtención de alimento”.
Una de las claves es la absorción de carbono
El sector pecuario emite anualmente 66,3 millones de toneladas de CO2, de los cuales 40,11% proviene de emisiones de metano expulsado por el ganado y 34,67% de óxido nitroso, producto de la orina, las heces y la fertilización. En Colombia ya hay proyectos que buscan una producción libre de carbono para implementar paisajes ganaderos sostenibles para su reconversión productiva y ambiental.