Mantener a Colombia libre de aftosa podría costar hasta $100.000 millones cada año
Hace 16 meses la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) envió una carta al Gobierno colombiano en la que le retiró el estatus sanitario como país libre de aftosa. En ese momento, eso frenó de inmediato las exportaciones de carne nacional, y los empresarios del agro vieron cómo se cerraban puertas para negocios con países como Chile o Rusia por más de US$20 millones.
Pero ayer, el presidente de la República, Iván Duque, y el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, anunciaron en un encuentro con ganaderos del Caquetá, que finalmente llegó de nuevo la certificación. “Una de las noticias más importantes para los productores de carne y con el que se podrá empezar a ampliar el mercado a nivel internacional”, dijo el mandatario.
En su fallo, La OIE expresó que “la comisión para las enfermedades animales ha examinado la información provista por Colombia, el país cumple con las disposiciones para el estatus sanitario”. Sin embargo, agregó que para mantenerlo se requieren revisiones constantes del hato bovino y bufalino. Esto se hace a través de los ciclos de vacunación contra la aftosa, los cuales, según cálculos de Fedegan cuestan por periodo, entre $30.000 millones y $33.000 millones.
Hay que tener en cuenta que solo el año pasado se necesitó de tres ciclos de vacunación para mantener el control de los animales sanos y eliminar los brotes de aftosa, por lo que el sector ha manifestado que mantener el estatus cuesta casi $100.000 millones por año debido a las intervenciones.
Por el lado del Gobierno, el hecho de que finalmente haya llegado el certificado del estatus, (el cual se esperaba desde agosto del año pasado), es la principal herramienta para mejorar los indicadores de exportaciones de carne.
Las ventas externas del ganado colombiano aún son muy bajas, pues el sector ganadero exportó 21.687 toneladas de carne bovina el año pasado. El problema es que hay una brecha entre lo que sale del país y lo que se queda. Por ejemplo, la producción total de la carne nacional llegó al cierre de 2019, según el Minagricultura a 933.000 toneladas, es decir, solo 2,3%.
“En cuanto a las recomendaciones de la OIE debemos continuar fortaleciendo la vigilancia de las movilizaciones que se originan de los territorios de frontera, seguir realizando los estudios de protección de la vacuna (inmunidad conferida) en particular en las poblaciones de los departamentos vecinos a Venezuela y en todo el territorio nacional, fortalecer la educación y comunicación con todo el sector ganadero”, agregó la gerente del ICA, Deyanira Barrero.
En ese punto radica el reto del sector ganadero, pues desde hace más de cuatro años el Gobierno de Nicolás Maduro dejó de reportar los controles de sanidad animal, por lo que hoy se cree Venezuela es un país con aftosa.
“Hasta el momento la Policía Fiscal y Aduanera han hecho un gran trabajo en los controles que tienen que ver específicamente con Venezuela, pero este también es de los territorios donde no se puede bajar la guardia y que podrían afectar ese estatus sanitario”, concluyó Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC.
Para tales controles, en las jornadas de vacunación, inclusive, se le han vendido dosis a ganaderos venezolanos.