Manejo nutricional y estrés calórico, las principales causas de infertilidad en los hatos
Son muchos los factores que pueden ocasionar que la eficiencia reproductiva de un hato ganadero no sea la adecuada. Entre ellos, se pueden encontrar el status sanitario de los animales, los problemas reproductivos como abortos, pérdidas embrionarias, retención de placenta y metritis.
Sin embargo, uno de los más frecuentes es sin duda el manejo que le dan a los animales los trabajadores del campo.
De igual forma, expertos señalan que dentro de las principales causas de infertilidad se encuentran también los factores anatómicos, de manejo reproductivo, enfermedades, el medio ambiente y la nutrición. A pesar de esto, los puntos individuales, tanto patológicos, endocrinos o infecciosos, pasan a segundo plano cuando los requerimientos nutricionales son deficientes en los animales.
Alexandra Úsuga, docente de medicina veterinaria y zootecnia de la Universidad CES, explicó que el ganadero tiene una alta incidencia en la fertilidad de los animales.
“Muchas de las causas de baja fertilidad pueden mitigarse o prevenirse con un adecuado manejo. Por ejemplo, es necesario implementar un buen programa o esquema sanitario de vacunación para las principales enfermedades reproductivas infecciosas, establecer estrategias nutricionales que busquen disminuir el balance energético negativo (BEN), especialmente en el período de transición de las vacas, es decir, 21 días antes del parto y 21 días después del parto, que es cuando más demandas energéticas se presentan”.
Usuga indicó que es necesario proporcionarle a los animales un ambiente de bienestar y confort, con adecuado sombrío en los potreros, suplementación mineral, agua y forraje de buena calidad.
“El objetivo es implementar un plan de mejoramiento integral en las ganaderías, que va desde el buen manejo de los suelos y las pasturas, así como de los registros sanitarios y reproductivos, ya que en muchas ocasiones la baja eficiencia reproductiva también se ve exacerbada por un mal manejo de la información, ya que no se detectan a tiempo las falencias o parámetros a mejorar”, agregó la docente.
Otro de los factores que incide en la fertilidad de las vacas es el manejo nutricional, pues si no hay una buena nutrición se presentan problemas tales como estros irregulares y/o anovulatorios, así como un incremento en los días abiertos e intervalo de partos y además una caída en el desempeño reproductivo de los machos, provocando una disminución en la calidad del semen del animal.
“Cuando los animales entran en un proceso denominado el balance energético negativo (BEN), en el que las demandas nutricionales son mayores que el consumo de energía o de materia seca, comienzan a presentarse desbalances hormonales, que pueden conllevar a que las vacas no se acaloren, no ovulen, o no ciclen con regularidad. Este tipo de problemas se ve más acentuado en las vacas de alta producción”, dijo Úsuga.
Por esa vía, los factores ambientales como el estrés calórico producido por altas temperaturas con altos porcentajes de humedad relativa que impide una adecuada termorregulación también pueden llegar a afectar los procesos reproductivos, entre ellos la intensidad de presentación de los estros, y por tanto puede conllevar a una disminución en los índices de preñez.
Las enfermedades metabólicas como cetosis, hipocalcemia y enfermedades reproductivas también afectan la fertilidad en las vacas.
Igualmente es necesario tener en cuenta que el mal uso de hormonas en protocolos reproductivos también está causando cuadros de infertilidad en los hatos ganaderos; algo que a veces se descuida.
En ello coincidió, el médico veterinario Carlos Mario Jaramillo, quien además señaló que “hay factores patológicos como los ovarios estáticos, ovarios pequeños que no ciclan, los quistes y la metritis que inciden para que haya una baja fertilidad en los animales y para mejorar esto lo que hay que hacer es mejorar y balancear la nutrición, en otras palabras, que las vacas siempre coman lo mismo”.
La detección del celo del animal es fundamental
En muchos casos la detección del celo inadecuada representa un factor más importante que los mismos problemas reproductivos en el hato. No hay que olvidar que la detección del celo es el primer paso para lograr que un animal se preñe. Además, vale destacar que la tasa de concepción más alta en los hatos ganaderos ocurre si los animales son inseminados cuatro a 14 horas luego del comienzo del celo.