Los ganaderos buscan una mejor producción de pastos
Uno de los aspectos productivos más importantes que existen en el manejo de animales es sin duda el manejo alimenticio.
Los rumiantes (bovinos, caprinos y bubalinos, entre otros) son capaces de aprovechar alimentos fibrosos, como pastos y arbóreas, que tienen un bajo costo de oportunidad, y a su vez producen alimentos de excelente calidad como la carne y la leche.
Bienestar animal
Para Ricardo Botero, ingeniero agrónomo y máster en ciencias de nutrición de alimentos, cada día es más frecuente hablar de la importancia del bienestar animal en la producción, puesto que los consumidores quieren un trato más 'humano' o más amigable para los animales que les proveen alimentos día a día.
En el bienestar animal se considera importante no someter los animales a períodos de hambre o de escasez de alimento.
Botero explicó que 'es muy común en los países donde hay períodos de lluvias y sequías marcadas, que la producción de alimentos para los rumiantes sea estacional, siendo abundante en una época y poca o escasa en otra.
A manera de ejemplo, en la Costa Norte de Colombia el periodo del verano (o de poca precipitación) marca fuertemente la producción de pastos y forrajes'.
Para mitigar este problema, existen diferentes tecnologías que permiten la conservación de alimentos, y así puedan ser suministrados a los animales en las épocas de escasez.
Siendo de esta manera, se abre una ventana de negocio: la producción de pastos y forrajes como alternativa de mitigación del impacto de escasez de alimento y como una opción de agronegocio.
Para llegar al negocio
Primero es necesario definir el objetivo de la producción. Se pueden producir alimentos para ser conservados, para producción de semilla y para la producción de pasto o forraje verde, entre otras.
Cada empresario debe definir qué cultivo piensa establecer, y su decisión estará influenciada por el mercado objetivo y los factores edafoclimáticos, es decir, el suelo y el clima donde se piensa hacer el cultivo, puesto que no todos responden al mismo tipo de suelos, y mucho menos al mismo régimen de precipitación.
Por ejemplo, el maíz es menos tolerante a la sequía que el sorgo o que los pastos.
Según Ricardo Botero, la oportunidad más amplia de negocio se da en los alimentos conservados, como heno y ensilaje, ya que son los que tienen mayor facilidad de comercialización, debido a que los ganaderos ya los conocen y saben cómo manejarlos.
Sin embargo, existen otros productos como el henolaje y diversos tipos de silos que los productores realizan en sus fincas y que cada día cobran mayor importancia, como son el ensilaje de totumo y de cítricos, entre otros.
Libardo Ahumada, ingeniero agrónomo, explicó que el forraje verde es el alimento con menor valor de producción, ya que un kilo de forraje, incluyendo todos los costos de producción en cualquier explotación, no sobrepasa los $10 por kilo producido en una explotación tecnificada.
'Esto llama la atención de los productores del campo, quienes ven la producción de forrajes como una actividad agronómica bastante interesante desde el punto de vista del negocio, y desde la perspectiva de la producción limpia es la mejor alternativa de alimentación para el ganado', señaló el experto.
Agregó además que 'aquí lograríamos obtener canales de mejor calidad, basados en una alimentación totalmente natural para asegurar la inocuidad del producto final, lo que nos llevaría a ser competitivos y afrontar los retos que ya asumimos, como el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos', destacó Libardo Ahumada.
Las claves
Es necesario conocer el mercado y generar consciencia sobre la importancia del uso de este tipo de productos. La promoción del producto y tener unos adecuados canales de distribución son fundamentales en este negocio.
Uno de los aspectos indicados por Ricardo Botero es que se debe enfatizar en hacer un adecuado manejo agronómico, y esto incluye la sostenibilidad del cultivo y la reducción de los impactos negativos en el suelo.
'Es recomendable hacer un análisis del mismo, y con base en éste seguir un plan de fertilización de acuerdo al suelo y al cultivo. Lo anterior contribuye con la mayor producción, la mejor calidad del producto y la reducción de impactos negativos en los terrenos', explicó.
Para Libardo Ahumada, en lo que se refiere a la parte técnica se debe tener en cuenta que es importante conocer la capacidad adquisitiva del productor y la materia prima que más se ajuste a su necesidad, dependiendo del tipo de explotación.
'En otras palabras, se debe conocer la demanda y la oferta, ya sea doble propósito, ceba intensiva, de potrero o producciones lecheras medianamente especializadas, como las que encontramos en la Costa Caribe, y que se quieren mejorar con la inclusión del modelo de ganadería israelí', manifestó.
Según Ahumada, sería fundamental crear unos centros de alimentación, donde el productor compre el alimento a un bajo costo y de acuerdo a su necesidad, logrando una mejor organización y la consolidación de las fuentes y materias primas alimenticias, además de que la producción de forrajes sería un negocio alterno importante de la ganadería.
Conservar la calidad del producto
Un aspecto fundamental para garantizar la calidad del producto es una correcta conservación. Tal como lo explicó el ingeniero agrónomo Ricardo Botero, cuando se produce heno (pasto o forraje seco) es necesario evitar el humedecimiento del producto, puesto que con ello aparecen los hongos y, consecuentemente, la pérdida del producto. Si se produce ensilaje (conservación en ausencia de aire) es necesario mantener el producto hermético para evitar la entrada de aire, el aparecimiento de hongos y la pérdida de calidad del producto.
Cuando se produce ensilaje se recomienda el uso de productos conservantes como ácidos o microorganismos que ayudan a estabilizar el producto y contribuyen al mantenimiento de la calidad del mismo, los cuales se consiguen fácilmente en el mercado.