Los factores que debe considerar para mejorar el potencial productivo de los pastos
La producción ganadera en Colombia tiene como principal aliado a las pasturas, ya que 99% del hato bovino se alimenta mediante pastoreo y no a través de feedlots (corrales de engorde), como sucede en Estados Unidos u otros países.
Esta es una de las labores pecuarias que más hectáreas en uso tiene, según las cifras de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra), del total del área apta para la producción de carne bovina en pastoreo hay más de 27,1 millones de hectáreas, que equivale a 69,2% de la frontera agrícola. También se usan más de cinco millones de hectáreas para las actividades ganaderas de lechería.
Existen varios métodos para asegurar el máximo provecho de este insumo como el pastoreo tradicional, rotacional, el silvopastoreo, entre otros.
Hay factores significativos que se deben de tener en cuenta a la hora de cuidar las pasturas para ayudar al ganado a aumentar su producción en carne y leche.
“Depende mucho de la cantidad y de la calidad del pasto, pero si somos capaces de dar una pastura que le permita al bovino llenar sus requerimientos nutricionales, serán eficientes para mejorar la productividad en las explotaciones bovinas. Recordemos que el pasto es la mejor y más barata forma de alimentar los bovinos en el trópico, gracias a esa capacidad que poseen los rumiantes para degradar el forraje cosechado y transformarlo en carne o leche”, comentó Jorge Mejía Turipana, profesional de apoyo de investigación en Agrosavia.
El potencial benéfico de los pastos está determinado por dos componentes relevantes; el primero es la proporción de forraje disponible y el segundo es la calidad de ese forraje, que depende de muchas condiciones climáticas y operativas a las que se pueden enfrentar las explotaciones ganaderas.
La porción puede estar influenciada por factores como la precipitación, la temperatura, la calidad del suelo, la humedad relativa, la fertilización, la densidad de población, etc., la calidad es altamente dependiente de las características del pasto y su edad fisiológica; es decir, períodos cortos de empleo y ocio lo suficientemente largos como para permitir su recuperación, aumento del pastoreo, fertilización y otros que puedan afectar la calidad del forraje producido.
“Para mejorar el potencial productivo de los pastos se debe tener en cuenta la edad y la especie de las pasturas, las condiciones tanto químicas, físicas y biológicas del suelo, las fertilizaciones, periodos de ocupación y de descanso, la presencia de árboles entre otras. Hay que conocer muy bien en que zona estamos y cuáles son esas condiciones climáticas que nos permitan seleccionar la mejor pastura de acuerdo con esas condiciones”, explicó Turipana.
En la actualidad existen técnicas y procedimientos de medición como la capacidad de encontrar la porción disponible de alimento y, con base en esto, mediante cálculos matemáticos, determinar la carga animal óptima, la cual es fundamental para mantener la estabilidad entre la interacción suelo-planta-animal y el laboratorio de estudio bromatológico para determinar su calidad compositiva, así como el uso de otras herramientas como espectrofotometría, medición de grados Brix, entre otras.