La fasciolosis hepática bovina: el enemigo de la producción en la ganadería de altura
La ganadería está a expuesta a múltiples factores que ralentizan su cadena de producción: condiciones climatológicas, modelos de ganadería no optimos para el terreno, y de paso, la expansión de patologías altamente contagiosas que afectan el rendimiento de la res.
De acuerdo a una investigación realizada por los médicos veterinarios y doctores en biología, Karina Andrea Mesa, Juan Camilo Fonseca y Jeiczon Jaimes, quienes buscaban determinar las principales variables epidemiológicas asociadas a la frecuencia de decomiso por fascioliasis en la planta de beneficio municipal de Málaga, en Santander, el parásito alojado en los conductos biliares del animal puede causar inflamación, edema y obstrucción de los canalículos, ralentizando el flujo regular de la bilis.
Los lugares con mayor incidencia de la enfermedad se replican en zonas arriba de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, según lo afirma Fedegan. A su vez, esta patología se ve reflejada en las pérdidas económicas que suman cerca de $12.500 millones anuales. Esto, respondiendo a la disminución en la producción de leche, disminución de la ganancia de peso y pérdidas económicas asociadas a costos de tratamientos, estrategias de control y decomisos de hígado a nivel de plantas de beneficio.
Primeramente, las zonas de concentración del parásito estaban zonificadas en los departamentos de Boyacá y Nariño, pero debido a los cambios de las condiciones climáticas, y con esto, el desplazamiento de los caracoles portadores del trematodo fasciola hepática, se registran contagios en Antioquia, Caldas, Quindío y Cundinamarca.
El tratamiento para esta patología fue radicado por la Universidad Autónoma de México, que, según una investigación de campo, se logró desarrollar el Compuesto Alfa, una estructura soluble en agua derivada del bencimidazol, un antiparasitario efectivo para mitigar el impacto en el animal.