La enfermedad respiratoria bovina, una patología que supera más de 80% del hato
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La enfermedad respiratoria bovina, una patología que supera más de 80% del hato

Las vacunas son preventivas y curativas si se saben aplicar en las dosis y en el momento adecuado que los especialistas sugieren
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Si bien la enfermedad respiratoria bovina, mejor conocida como ERB, tiene un tratamiento con un alto porcentaje de éxito, lo cierto es que se le debe prestar una atención oportuna e integral, porque el descuido puede generar pérdidas en producción y, en casos extremos, la muerte de ejemplares.

La ERB conjuga varios tipos de enfermedades que afectan las vías respiratorias altas (nariz, garganta, tráquea y bronquios) y bajas (pulmones) ocasionando enfermedades como bronconeumonía, neumonía, bronquitis y rinitis, entre otras, que ocasionan daños a nivel alveolar de los pulmones, generados por esos agentes patógenos.

Los cambios bruscos de clima, el exceso de frío y humedad, el hacinamiento o el estrés producido al mover o faenar los animales, son las principales causas de la ERB, que afecta principalmente animales de menos de un año de vida.

“Entre los agentes patógenos más comunes en el país está el virus de la diarrea bovina, el de la rinotraqueitis y algunos bacterianos como la pasterela y el micoplasma. También pueden haber parásitos o agentes químicos que afectan las vías respiratorias”, explicó el zootecnista de la Universidad de Antioquia y profesor universitario Sebastián Montoya.

Aunque la ERB no es la enfermedad más común en las fincas, si no se detecta a tiempo y se da un manejo adecuado, puede incidir muy negativamente en la productividad e incluso, llevar hasta la muerte al animal.

Especialistas consideran que, con un tratamiento adecuado, entre 80% y 90% de los casos se pueden superar con éxito.

El llamado urgente al veterinario y el uso adecuado de antibióticos e inmunológicos, en cantidades y especificaciones que dependen del avance de la enfermedad, son vitales para frenar las consecuencias que pueden afectar la producción del animal y, de llegarse a complicar, poner en peligro su vida. Los propietarios no deben escatimar los exámenes de laboratorio, herramienta indispensable para detectar las afecciones en el hato bovino o bufalino.

Para el veterinario Carlos Guerra, un aspecto importante es que “los tratamientos deben ser con la guía de los veterinarios. El mal uso de los antibióticos causa resistencias y pérdida de efectividad en los tratamientos”.

El especialista recomienda tener un historial detallado de la granja, que incluya todos los ejemplares con las enfermedades, su tratamiento, la alimentación, etc., lo que lleva a tener un diagnóstico adecuado.

LOS CONTRASTES

  • Carlos Leonardo Guerra Marín Médico veterinario

    “La enfermedad se presenta más que todo en ejemplares de menos de un año de vida. Sus causas más comunes son el estrés, los cambios bruscos de clima y cuando están en condiciones de hacinamiento”.

La hidratación cobra vital importancia. Montoya considera que, “durante el tratamiento, se debe incrementar el consumo de agua y líquidos de los animales para que no se deshidraten debido a la generosa cantidad de secreciones que generan”. Reducir el estrés en las maniobras o el transporte, es un consejo fundamental para combatir la ERB.

Oportunidad con las vacunas

Las vacunas son preventivas y curativas si se saben aplicar en las dosis y en el momento adecuado que los especialistas sugieren, es decir, cuando están en un estado de homeostasis inmunológica, todavía libres de infección aguda y al menos varias semanas antes de que se espere la provocación natural de la ERB. Lo ideal es que los animales se vacunen días antes de cualquier venta, transporte o faena que los estrese mucho. Es clave tener unos espacios limpios y bien ventilados para reducir la transmisión de patógenos en el aire de ternero a ternero, y para evitar daños al sistema respiratorio por polvo o gases nocivos, según indican los expertos en ganadería.

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