La actividad pecuaria se extiende por 39 millones de hectáreas, 34% del territorio nacional
Tal y como hace ocho días se describía en este diario, se estima que entre propietarios privados, comunidades indígenas, afrodescendientes y minorías, se concentra más de 70% de las 114 millones de hectáreas que tiene Colombia. Aunque el dato aún necesita de varias actualizaciones y para eso es el catastro multipropósito, otro punto que también vale la pena revisar es cómo se está usando la tierra del agro.
Para eso, a luz de la Encuesta Nacional Agropecuaria, que concentra los datos a 2019, según el Dane, se puede ver que sumando las actividades pecuarias, la extensión de los bosques (donde hay producción legal e ilícita como la coca), los cultivos agrícolas y otros usos; el agro se extiende por 50 millones de hectáreas, es decir, 43,8% del territorio nacional.
Pero el reporte también muestra que la ganadería sigue estando en lo más alto del campo nacional. Precisamente, las actividades pecuarias requieren más de 39 millones de hectáreas (34,2% del total). A esta, le siguen los bosques con 5,1 millones (4,4%); la producción agrícola, con 4,6 millones (4%); y otros usos -que incluyen los cuerpos de agua, eriales, afloramientos rocosos, otros fines e infraestructura agropecuaria-, con 1,2 millones de hectáreas.
El hecho de que en el país 34% del suelo esté para la actividad ganadera, Fedegan lo defiende argumentando que no se trata de una actividad exclusiva “a los grandes hacendados como se ha querido mostrar en otros tiempos”, pues, según estudios del gremio, “el sector pecuario es la principal línea del campesinado con productores que tienen desde una a dos vacas, o muy pocos semovientes que son el principal motor de pequeñas fincas”.
Algo cierto es que la ganadería, como ha sido la herramienta para generar recursos entre los pequeños productores, es lo que ha llevado a que fincas con dos animales, en promedio, tengan casi cinco cabezas de ganado siete años después.
Gracias a esto, la ganadería conserva su predominio en el campo, e incluso se refleja en que solo el hato bovino, al cierre de 2019, llegó a 27,2 millones, con un crecimiento en la última década de 45%, es decir, casi que lo duplica a como terminó la década de los 2000.
Revisando dónde están estos animales, el Dane detalló que la Región Andina tiene la mayoría del hato, con 9,6 millones de cabezas (35,6% de los bovinos); en el Caribe hay 7,5 millones (27,6%); en la Orinoquía 5,9 millones (21,8%); en la Amazonía 2,6 millones (9,8%); y finalmente en el Pacífico pastan 1,4 millones de cabezas (5,3%).
“La ganadería no solo se puede medir por la extensión territorial que ocupa, sino también por su aporte a la economía, por eso es que hemos visto que los departamentos ganaderos con un hato de más de dos millones de cabezas son los que tienen indicadores de más de 5% al PIB sectorial”, agregó Román Bauer, director de América Natural.
En la lista de departamentos ganaderos, está Antioquia con 3,2 millones de bovinos y Casanare con 2,2 millones. Finalmente, vienen Meta y Córdoba cada uno con un hato superior a 2,1 millones.
Pero la ganadería no se queda solo en esa población bovina, aunque si bien tiene una posición dominante en la actividad pecuaria, ese 34% de la tierra nacional se complementa con 7,5 millones de cabezas entre ovinos, porcinos, bufalinos y caprinos, entre otras cinco especies.
“Por eso, es que también hay que considerar la participación de la ganadería no solo como animales que recorren cierto territorio, sino también lo que generan, que se traduce en desarrollo económico”, destacó Jesús Sanclemente, director del Observatorio Pecuario.
El estadístico se refiere a que al cierre del año pasado, tan solo en carne, la producción llegó a casi 1 millón de toneladas. “Y eso que se vio afectada porque no teníamos estatus sanitario”, agregó Sanclemente; mientras que en lácteos, Colombia superó los 7.301 millones de litros.