El Invima ha autorizado la operación de 524 plantas de beneficio animal en las ciudades de Colombia
Los avances en mejoras de las condiciones sanitarias de carne a nivel nacional son una de las labores que adelanta el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y que le ha permitido registrar en la actualidad 524 mataderos, plantas de desposte y desprese autorizados, lo que representa una reducción considerable respecto a los 1.627 que la entidad contabilizaba en 2008.
Asimismo, el total de cierres ha ascendido a 174 establecimientos a diciembre de 2017, por incumplimiento de la nueva normativa sanitaria que empezó a implementarse en su última fase desde agosto de 2016 y que busca mejorar las condiciones de las plantas y consolidar el proceso de racionalización que se inició hace nueve años.
Javier Guzmán, director del Invima, explicó que “este proceso, que ha sido liderado por los gobernadores, busca reducir el número de centros de sacrificio pequeños y apostarle a mataderos regionales, que logren economías de escala, viabilidad económica y adecuados estándares sanitarios”.
Entre las condiciones que exige esta entidad para las plantas que sacrifican animales para consumo humano se encuentran el suministro de agua potable, sistemas para el tratamiento de aguas residuales e instalaciones, equipos y utensilios idóneos que eviten la contaminación de la carne.
A su vez, deben contar con operarios capacitados, sistemas de almacenamiento y refrigeración, programas de control y mitigación de microorganismos, programas de medición y control de contaminantes químicos incluyendo anabólicos, antibióticos y metales pesados.
“Los principales cambios de esta normativa en relación al sacrificio y procesamiento de carne incluyen la obligación de refrigerar la carne lo más pronto posible después del sacrificio, el mantenimiento ininterrumpido de la cadena de frío hasta el consumidor, la implementación de programas de control y mitigación de microorganismos causantes de enfermedades y la medición de residuos de medicamentos veterinarios y otros contaminantes químicos”, agregó Guzmán.
Respecto a los incumplimientos cuando un matadero no lo hace, “el Invima puede aplicar medidas como clausura temporal o parcial, suspensión de actividades, decomiso y destrucción de productos, entre otras.
Adicionalmente, se imponen sanciones monetarias ante cualquier incumplimiento con la normatividad sanitaria colombiana”, apuntó el director de la entidad de vigilancia.
No obstante, para José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, “se ha presentado un incumplimiento del Gobierno de manera sistemática en esta materia, ya que no se avanzó en este periodo realmente en las condiciones mínimas necesarias para ofrecer un consumo de carne apto para los colombianos, tal como exige el decreto 1500”.
En este sentido, Marcos Galindo, experto en seguridad alimentaria de la Universidad Nacional, agregó que si bien se exigen cada vez mayores requerimientos a las plantas de beneficio y se han aumentado los controles, “aún existen mataderos clandestinos que ponen en peligro la salud de los consumidores pues proliferan en estos lugares prácticas poco salubres que son un llamado de atención para entidades de vigilancia como el Invima y que les invita a un seguimiento constante”.
¿Qué deben considerar los consumidores al comprar?
Las recomendaciones del Invima para asegurarse de comprar carne de calidad incluyen medidas básicas como desconfiar de los precios muy bajos, certificar que se realice en sitios de confianza que deben estar limpios, bien iluminados y sin plagas, revisar que el producto esté en congeladores o vitrinas que aseguren la cadena de frío y lo protejan, así como verificar color, olor y textura de la carne antes del consumo.