Desarrollo de la genética como factor clave en la industria del Caballo Criollo Colombiano
La profesionalización de la industria ligada al Caballo Criollo Colombiano (CCC) ha sido un proceso paulatino que refleja la transformación cultural, económica y social de un país en el que este animal ha ocupado un lugar central en diferentes actividades de la vida diaria. Los equinos fueron vistos principalmente como un medio de transporte, de trabajo en el campo y como símbolo de estatus en las regiones rurales.
Antes de finales de los años ochenta e inicios de los noventa, el CCC en sus cuatro andares, era disfrutado y criado más por un hobbie que por una actividad netamente económica, principalmente. Si bien había muchas competencias, exposiciones y ferias en diferentes lugares del país, estas obedecían más a la promoción y disfrute motivados por un arraigo cultural y folclórico. El uso utilitario fue cediendo espacio a una apreciación más sofisticada del caballo como depositario de tradición, identidad y pasión, lo que dio inicio a una estructura más organizada que derivó en la creación y consolidación de una industria especializada.
“Con el uso de la investigación y la ciencia, se empieza a hablar de líneas, de genética y se empieza depurar cada uno de los andares del Caballo Criollo Colombiano. Esto hizo que llegaran criadores cada vez más informados, más capacitados y con la visión de crear, al rededor del animal, una empresa productiva que fuera más allá del un hobbie”, comentó Patricia Vázquez Posada, propietaria del Criadero Villa del Suroeste. Ese punto de partida para la profesionalización se ubica claramente en el reconocimiento de las características únicas de la raza que lo diferencia de otras razas en el mundo.
La genética es fundamental
Uno de los hechos fundamentales para la transformación del sector se dio con la inseminación artificial. Esta práctica, creada en Francia, si bien comenzó de una manera importante en 1986, fue hasta 1988 y los años posteriores cuando se popularizó en el país. Así se dejó de lado la monta tradicional como método de reproducción de los equinos con todos los inconvenientes que generaba para su salud que un caballo sirviera cuatro y cinco veces en un día.
Con la inseminación se posibilitó colectar semen de un caballo de muy buenas cualidades genéticas disponible para muchas yeguas en el país y dio la posibilidad de reproducir características de caballos campeones con yeguas muy buenas, y tener descendencia con rasgos que se acercaran a los de sus padres. “Desde 1988, en adelante, la inseminación se volvió la herramienta número uno de trabajo. Es en ese momento en el que se globaliza la distribución de las diferentes líneas genéticas. Esto cambió totalmente el concepto de reproducción como se conocía”, aseguró Gabriel Jaime Toro, médico veterinario, criador y pionero de esta técnica en el país.
Para 1999 unos 30 criaderos del país emigraron a los Estados Unidos para desarrollar y perfeccionar sus actividades en el marco de la Mundial de Confepaso realizada en Tampa (Florida). En ese momento Toro, quien había creado su compañía un año antes, empezó a aplicar otra técnica de reproducción traída de Canadá: la transferencia embrionaria. La popularización de esta práctica de reproducción asistida hizo que la industria equina se potenciara.
Con la crianza cada vez más ligada a los avances científicos y consolidación de las ferias y exposiciones se generó un nuevo dinamismo económico con equipos especializados de entrenadores, médicos veterinarios con formación en fisiología equina, herradores con técnicas avanzadas y criadores con visión genética, y un sector cada vez más soportado en la profesionalización de los oficios y la capacitación.
La industria también se benefició del desarrollo de infraestructuras adecuadas, como caballerizas modernas, centros de entrenamiento y pistas de exhibición construidas bajo normas específicas y técnicas. Hoy la industria ligada al CCC genera cerca de 450.000 empleos, entre indirectos y directos, mueve cerca de $6 billones al año y es un renglón importante en la economía nacional.
Se medirán y Evaluarán las exposiciones
Fedequinas anunció que implementó una herramienta de medición de satisfacción de los asistentes en todas las exposiciones equinas que se realizan en el país, a través de la cual se puede escuchar al público y a los diferentes actores del sector con el fin de conocer lo que valoran los asistentes y transformarlo en una ventaja competitiva que permita fortalecer la credibilidad y consolidar la confianza en la organización de cada evento.