El programa de ganadería sostenible busca el cuidado de los bosques nativos
En la cima de una pequeña colina en Santa Rosa de Viterbo (Boyacá), a 2.800 metros de altura, está la finca de los Vargas. La familia, de cinco miembros y tres generaciones, vive hace 50 años en un pedazo de tierra de 35 hectáreas al que han llamado La Pradera. El nombre hace justicia al paisaje completamente verde de la región; el cual, alberga bosque nativo que cohabita con el ganado de pequeños y medianos ganaderos.
En un intento por mejorar la productividad de los campesinos y proteger el bosque, el Gobierno del Reino Unido, a través de su embajada en Colombia, financia desde 2014 el proyecto “Ganadería Sostenible”.
La iniciativa también cuenta con aportes del Fondo para el Medio Ambiente Global (Gef) y la supervisión del Banco Mundial. La implementación está a cargo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) en alianza con The Nature Conservancy (TNC), la fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (Cipav) y el Fondo para la Acción Ambiental (FA).
El balance del proyecto a diciembre de 2017 arroja las siguientes cifras: 2.988 predios participantes en cinco regiones priorizadas (ecorregión cafetera, Bajo Magdalena, Valle del Río Cesar, Piedemonte Orinocense y Boyacá-Santander). En abril de este año se abrió la convocatoria número cuatro para incorporar al programa otros 1.000 ganaderos.
“El Reino Unido y Colombia son países líderes en la lucha contra el cambio climático y para nosotros es claro que mitigar sus efectos es mucho más eficaz y barato en Colombia, por eso decidimos apoyar el proyecto” destacó Greg Houston, jefe de la misión adjunto de la Embajada del Reino Unido.
El Gobierno británico ha destinado US$ 20,2 millones y además decidió extender el programa hasta 2020 con el propósito de escalar el impacto de los resultados y profundizar las investigaciones sobre sostenibilidad en ganadería.
El programa brinda capacitación a pequeños y medianos productores para la implementación de buenas prácticas ganaderas en las que se incorporan árboles al sistema de producción través de la conversión de las pasturas de fincas ganaderas a potreros con árboles dispersos, cercas vivas y sistemas silvopastoriles intensivos.
Estas prácticas, además, contribuyen a contrarrestar las elevadas emisiones de gases efecto invernadero asociadas con la actividad ganadera. Uno de los resultados más relevantes del proyecto es la disminución de 1,2 millones de toneladas de dióxido de carbono en las fincas ganaderas sostenibles.
La producción de leche de las fincas beneficiarias aumentó 15,42% en época seca, gracias a la implementación de arreglos silvopastoriles que mejoran la calidad del alimento.