Ganadería estabulada incrementa gastos y también producción
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Ganadería estabulada incrementa gastos y también producción

La ganadería estabulada es más costosa, pero más rentable, porque da mayor productividad en menos hectareaje.
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“Cuando estos proyectos fallan, es por el manejo del animal, porque demanda unas condiciones adecuadas: seguir unos protocolos de densidad, tamaño y longitud de comederos, para cada uno; estándares de cantidad de agua disponible, de sombra, y que el sol penetre las instalaciones”, explicó José De Silvestri Pájaro, director de la Asociación de Ganaderos de la Costa Norte (Asoganorte).

La estabulación es un negocio intensivo en mano de obra o tecnología y maquinaria. Al contrario del pastoreo, que soporta a la fincas con ganaderías extensivas y donde el animal recoge su alimento, en la primera es el hombre quien se lo lleva.

De ahí la importancia de corrales y comederos limpios; sistemas de riego, para conservar el pasto; máquinas forrajeras y henificadoras, para tener el alimento seguro y en el momento indicado; mezcladoras, para una ración completa y balanceada de comida diaria, y un equipo que se encargue de los cuidados y mantenimiento diarios.

“Hay que mantener el riego y la fertilización para un mayor rendimiento, se exige más tecnificación de obreros y una asistencia técnica”, aconseja Manuel Charris Montalvo, ganadero y médico veterinario zootecnista.

La libertad de alimentarse en el potrero permite al ganado escoger su alimento y adecuar sus hábitos nutricionales, con base en la calidad de las pasturas. Para seguir en esa línea, en el modelo de estabulación es recomendable que los animales tengan una dieta basada en pasto, silos de maíz o subproductos elaborados en la misma finca. Los balanceados y concentrados no son ideales: elevan los gastos y desmejoran la calidad de la leche.

Tampoco puede descuidarse la especialidad del ejemplar. En leche, son prefribles las vacas que produzcan de 8 a 10 litros diarios. Y para carne, con capacidad de engorde de más de un kilo por día.

En cuanto al confort del ganado, se logra con una buena repartición del espacio. Con animales de ceba de 450 kilos, por ejemplo, debe haber uno cada 8 o 10 metros cuadrados.

“Debemos asemejarnos lo que más se pueda a lo que comen en el potrero, es decir, la ración más balanceada posible, tanto en energía como proteína, que es lo que nos da su crecimiento y la producción de leche”, detalló De Silvestri Pájaro.

Incentivos del Estado
El presidente de la Asociación Agropecuaria del Sur del Atlántico (Agrosur), Eduardo Majul, recordó que el Gobierno ofrece beneficios para modelos como la estabulación. Entre esos, los incentivos de capitalización rural (ICR), que cubren hasta 40% del proyecto de pequeños ganaderos.

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