Cuidado del recién nacido y la madre, pilar fundamental a la hora de un buen ejemplar
El nacimiento es un momento crucial en el ciclo reproductivo equino y una etapa que requiere cuidados, tanto para el potro como para su madre. Según los especialistas, la atención que se les brinde en las primeras horas y días posteriores al parto puede marcar la diferencia entre una vida saludable y la aparición de complicaciones que comprometan la salud o, incluso, la vida de ambos.
Es por esta razón que es muy importante conocer las prácticas básicas y los signos de alerta para garantizar un desarrollo adecuado del recién nacido y una recuperación sin problemas para la madre.
“Unos 15 días antes del parto debe prepararse una pesebrera amplia, de unos 3,50 por 3,50 metros para que la yegua, al echarse pueda tener un espacio cómodo. Debe estar muy limpia y con una buena capa de viruta. Además, debe estar en un lugar de fácil observación para el cuidador o el profesional veterinario que vaya a atenderla”, comentó Patricia Vásquez Posada, criadora y propietaria del Criadero Villa del Suroeste.
En el nacimiento, lo primero que se debe hacer es asegurarse de que el potro respire correctamente. Generalmente, rompe la bolsa amniótica durante el proceso del parto, pero si no lo hace, se debe romper manualmente y limpiar cuidadosamente las vías respiratorias para evitar asfixias. En esos primeros momentos del recién nacido es normal que el potro permanezca en el suelo durante unos minutos. Sin embargo, es importante que intente ponerse de pie entre los primeros 30 minutos y 2 horas.
“Al recién nacido hay que protegerlo de humedad, de lluvias y de calor extremo, entre otros factores. Se le deben dar las condiciones ideales para que se alimente bien de la madre y debe estar cerca del ojo humano para brindarle cualquier tipo de asistencia que requiera”, dijo Gabriel Jaime Toro, médico veterinario y criador.
El calostro es clave
El calostro es la primera leche materna. La sustancia es esencial para protegerlo de infecciones, ya que el sistema inmunológico del recién nacido aún no está desarrollado. La absorción óptima de estas inmunoglobulinas solo es posible entre las primeras 12 a 24 horas. Es vital que el potro mame durante las primeras dos horas. Si no logra mamar por sí solo, se puede ordeñar a la yegua y administrarle el calostro con una sonda o un tetero.
¿Y la yegua?
El cuidado de la yegua después del parto es tan importante como el del potro. Su recuperación física, el vínculo con el recién nacido y su producción de leche son fundamentales para el desarrollo del potrillo. Es muy importante que la yegua pueda expulsar la placenta dentro de las tres horas posteriores al parto. Una retención de la placenta es una urgencia veterinaria, ya que puede llevar a infecciones uterinas severas, septicemia o laminitis.
“En la yegua hay que cuidar los niveles de energía. Si está bien alimentada y en buena condición corporal; ella va a seguir en sus ciclos de gestación. Si ella está solo en potrero, sin suplementación y con una alimentación que no es la adecuada, se puede parar e ir hasta el destete para hacer el próximo calor”, aseguró Lucas Echeverry, médico veterinario y propietario del Criadero Dos Aguas.
La yegua debe permitir al potro mamar regularmente. Si muestra signos de rechazo, agresividad o dolor en las ubres, se debe investigar la causa: desde mastitis (inflamación mamaria) hasta estrés. Además, la leche debe salir con facilidad, y tener buen aspecto.
Así debe ser el lugar del parto
El potro y la yegua deben estar en un lugar limpio, seco, con buen drenaje y protegido del viento o temperaturas extremas. El suelo no debe ser resbaladizo y debe permitir que el potro pueda levantarse naturalmente. También se recomienda limitar el contacto con otras personas o animales durante los primeros días para evitar infecciones y permitir que se forme el vínculo entre el potro y la yegua madre.