En los últimos cinco años solo se realizaron 34 corridas de toros de talla profesional
En Colombia avanza a sanción presidencial la iniciativa que prohíbe las corridas de toros en todo el territorio, la cual, además tuvo más de 10 aplazamientos durante un debate que comenzó la carrera en el legislativo desde 2023.
Sin embargo, la historia de las restricciones se remonta a 12 años atrás, cuando la Alcaldía, liderada por Petro, revocó el contrato de arrendamiento de la empresa privada que maneja la Plaza de Toros La Santamaría, en una prohibición de la fiesta brava en la arena distrital.
Aunque la prohibición entrará en vigencia en 2027, siendo estos tres años un periodo de ‘reconversión’ para el sector que se sostiene por la tauromaquia, en realidad las corridas de toros son una tradición en camino a la extinción en Colombia.
Solo en las dos grandes ferias con temporadas taurinas, como son la de Cali y Manizales, se han celebrado 34 formales desde 2019, sin contar los festivales taurinos.
En este momento, la sanción primero deberá pasar por un proceso de conciliación debido a las diferencias en los textos aprobados por el Senado y la Cámara, en lo que se destaca que la iniciativa, que tuvo 93 votos a favor, no tiene un aval fiscal para el proceso de ‘reconversión’, según Hacienda.
Expertos consultados dicen, además, que la falta de aval fiscal para la implementación de la reconversión y su alto costo para el Estado son temas que se debieron haber discutido con antelación antes de que se llevara a cabo el debate. Germán Aguirre, economista de la Universidad de Manizales, alude a que las cuentas que deberá pagarle el Estado en relación a las propiedades de las 43 explotaciones ganaderas de reses de lidia ascienden hasta los $400.000 millones.
“Una plaza de tientas o un laboratorio de genética de reses bravas no sirven para la porcicultura, la ganadería de especies menores o el establecimiento de museos culturales. En esas 43 explotaciones hay involucradas alrededor de 20.000 hectáreas de tierra con un costo aproximado de 400.000 millones”, dice el economista y docente.
El impacto a las economías regionales también es algo que destacan desde el sector. Juan Carlos Gómez, director ejecutivo de Cormanizales, advierte que la Feria de Manizales, relacionada con la temporada taurina, es el mayor aportante al impuesto de la Ley del Deporte de la ciudad incluso sobre lo que paga el fútbol profesional en todo el año.
“El impacto va sobre la hotelería, el comercio formal e informal, en los restaurantes. Todo lo que es la parte de empleos directos que serán al menos de 1.000 directos y 4.000 indirectos”, añade Gómez sobre el tema.
Medellín y Bogotá sin toros
Excluyendo a las dos grandes ferias que jalonaban la temporada taurina en Colombia, Medellín, hasta 2020, fue también plaza para esta práctica.
Ese año, al acuerdo entre la Alcaldía de Medellín y la empresa D’groupe -socio mayoritario de La Macarena, acordaron que el Centro de Espectáculos no se utilizará para realizar corridas de toros. Bogotá tuvo su última corrida el 1 de marzo de 2020, cuando el torero paisa Juan de Castilla en la antigua Plaza de la Santamaría, se despidió de la que ahora se denomina Plaza Cultural.