El futuro del consumo de la carne durante el siglo XXI está en manos de laboratorios
La población mundial exige un abastecimiento cada vez más grande de cárcnicos no perjudiciales para el consumo. El reto para los distribuidores es mayor, puesto que se debe poner en práctica procesos innovadores para suplir la demanda global. Las carnes rojas han perdido popularidad por sus efectos nocivos en el medio ambiente y la salud de las personas que la consumen a largo plazo.
Por su parte, las economías avanzadas han decidido experimentar en laboratorios para encontrar un sustituto más viable de las carnes producidas de forma tradicional. Existe, además, una gran oportunidad de negocio en los sustitutos de los productos extraídos de animales.
Para el año 2040, se espera que los cárnicos representen el 35% de las ventas en este sector de la economía; sin embargo, el proceso de crear carne por medio de células animales está todavía bajo la lupa de los científicos y solo los resultados de la experimentación de los próximos años podrá determinar si es factible como modelo de negocio.
Al anterior panorama global hay que agregar la visión que los vaticinadores tienen sobre los productos veganos y tradicionales. Se espera que los primeros obtegan el 25% de las ventas y los segundos el 40%. Sin duda, aunque se trataría de un gran avance, esta alternativa no está tan próxima a ser implementada.