El auge de la cría de los caballos miniatura en Colombia, uno de los pioneros en el tema
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El auge de la cría de los caballos miniatura en Colombia, uno de los pioneros en el tema

Colombia se consolidó en los últimos años como uno de los referentes en Latinoamérica en la cría de caballos miniatura, al impulsar y preservar diferentes razas
Mini horse
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En el corazón del campo colombiano donde, como ya es costumbre hace algunas generaciones, se encuentra la tradición ganadera y equina. Un fenómeno quizás poco común para algunos comenzó a captar la atención de diferentes criadores y aficionados: la cría de caballo miniatura. Más allá de su aspecto tierno y tamaño reducido, esta actividad representa la combinación, pasión y técnica.

Por ello, de la mano de la Asociación Colombiana de Equinos Miniatura; ganaderos, veterinarios y aficionados vienen trabajando hace algunos años para poder impulsar y preservar razas como la shetland, el falabella, el minihorse e incluso los miniburros.

Es por esta razón que Colombia se consolidó en los últimos años como uno de los referentes en Latinoamérica en la cría de caballos miniatura, además de que comenzaron a importar ejemplares desde Estados Unidos para formar las primeras líneas genéticas en territorio nacional. La historia de esta iniciativa no es nueva, pero viene cobrando cada vez más fuerza a medida que más personas descubren el potencial que tienen estos animales, no solo como mascotas.

Es importante destacar que este tipo de caballos no se debe confundir con ponis, ya que son una raza definida que, pese a su estatura, que generalmente es inferior a 86 cm, mantiene proporciones armónicas y características propias de un caballo de tamaño completo. Su comportamiento dócil, inteligencia y la versatilidad que tienen lo están convirtiendo en uno de los animales perfectos para terapia asistida, actividades lúdicas con niños y adultos mayores, así como también para la participación en espectáculos. Asimismo, su manejo es relativamente sencillo, lo que facilita su crianza y más aún si se habla de espacios reducidos.

De igual manera, la crianza responsable de caballos miniatura implica un conocimiento riguroso de alimentación, genética, bienestar animal y cuidado veterinario. En Colombia, hoy por hoy, los criaderos vienen perfeccionando estos aspectos, estableciendo programas de mejoramiento que permiten la exportación de ejemplares a mercados internacionales, donde la demanda en el mercado por estos animales continúa en ascenso.

Finalmente, uno de los aspectos a destacar es el papel que estos caballos pueden desempeñar en terapias con personas con discapacidad, gracias a su nobleza, tamaño y capacidad de conectar emocionalmente con los seres humanos. En razón a este uso terapéutico, se viene generando un interés por parte de instituciones de educación y salud, consolidando su valor más allá de su uso recreativo.

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