La disciplina y la pasión son las condiciones más importantes que debe tener un chalán
Ellos, jinetes y amazonas, en el mundo de la chalanería, como se conoce este oficio en Colombia, tienen una misión: hacerse ver sobre la pista montados en un caballo de paso como un binomio perfecto. De hecho, la chalanería es el arte de montar magistralmente un ejemplar.
¿Cómo se hace?
La formación de un jinete y amazona para competencia, es tan exigente como la de cualquier deporte de alto rendimiento. Se requiere de tiempo, dedicación, disciplina y de una condición indiscutible: pasión y amor por el oficio y, claro está, por los caballos.
Agronegocios indagó en la Décima Mundial de Jinetes y Amazonas, que se realizó en Pereira del 4 al 6 de julio, a competidores -campeones mundiales-, a entrenadores y representantes de varios países, incluido Colombia, para establecer cómo se forma y prepara un chalán en competencia, un deporte que está pidiendo pista como juego olímpico.
Ana María Salgado, delegada de la Selección de Puerto Rico, un país potencia en chalanería que ha ganado la mayoría de los mundiales realizados -el reciente en Pereira la ganó Colombia-, pone sobre el tapete un punto clave en esa formación.
“Puerto Rico ha desarrollado mucho este deporte, por encima de Colombia que tiene la raza caballar de más extensión en términos de paso fino, porque nuestro país fue pionero en que niños y jóvenes compitieran regularmente, es decir, no solamente montar, sino competir”, dijo.
Sobre esos términos, las competencias ayudan a perfeccionar un sin número de condiciones, físicas y técnicas, que deben tener los jinetes y amazonas para calificar de la mejor manera ante los jueces; desde aquel de 4 años, que sin pronunciar bien palabras ya dominan caballos de casi media tonelada, y los que cuentan con 24 años, edad máxima permitida para competencia.
La cosa no es fácil pero con esfuerzo se logra: cabeza con mentón hacia el frente, espalda recta, manos juntas cogiendo la rienda, los brazos deben formar un ángulo de 90 grados, piernas cayendo naturalmente, rodilla pegada a la silla y pie colocado en el estribo con el talón hacia atrás.
Todo lo anterior debe verse natural y armónico, sin dejar perderle al caballo su paso (fino, trocha, trote y galope y trocha y galope) “En sí el juzgamiento tiene dos partes: posición y manejo, condiciones que se deben mantener al mismo tiempo mientras se pasa por la pista. Colombia tiene muchas escuelas de equitación y se trabaja los sentidos de los muchachos: el oído, el pulso, el equilibrio y el balance”, dice Ángela Ochoa, entrenadora de la Selección Colombia.
Postura más manejo hacen el binomio y en ese estado natural y armónico que el chalán debe lograr con su caballo, hay dos palabra claves: entrenamiento y disciplina.
La mayoría entrenan tres y cuatro veces a la semana por períodos de una hora. Hacen ejercicios que les da estado físico, capacidad para concentrarse, confianza y el desarrollo de habilidades en el manejo de los caballos. Agronegocios habló con varios chalanes, quienes contaron sus secretos, con un común denominador: el amor por el oficio.
“Hay que tener amor por los caballos”
“Lo primero es que hay que tener dedicación y amor por los caballos”, señala Andrés Rojo, jinete colombiano de 19 años, quien de los dos últimos mundiales, en EE.UU y Pereira, ha salido campeón en sus categorías. “Ningún caballo es perfecto y hay que buscar que cometa el mínimo de errores en competencia. Hay que saber defenderlo en los aspectos donde no es fuerte”, dice.
“La práctica es uno de los puntos clave”
Javier y Gabriel Arias, hacen parte de una familia de 4 hermanos, todos jinetes campeones mundiales, que en Puerto Rico se conoce como la ‘Dinastía de los Arias’. Ambos combinan sus estudios (odontología y medicina) con el mundo de los caballos y coinciden en que la práctica hace el maestro. “Un verdadero jinete es aquel que puede llevar al máximo cualquier caballo”, dicen.
“Entrenamos posturas y pulso”
Las hermanas Katiana e Irma Vázquez, de Puerto Rico, siempre son favoritas en cada Mundial en el que participan. De hecho, son campeonas y señalan que concentran buena parte de su entrenamiento en la práctica de la postura y el pulso, como dice el reglamento. “Lo difícil es manejar el caballo sin perder posición de brazos que debe ser en un ángulo de 90 grados”, dicen.
“Se debe conocer primero el ejemplar”
María Antonia Hernández, monta desde que tenía tres años y acumula de los Mundiales, una medalla de plata y otra de bronce. “Antes de montar bonito hay que conocer el caballo. Luego viene la postura” dice. Por ello agrega que un chalán, definitivamente, nace. “A mí no me bajaban de un caballo y me concentro tanto en él, que algunas veces me olvido de mi y pierdo la postura ”, indica.
“Una figura delgada se ve más estética”
Astrid Aristy de República Dominicana, monta desde los siete años -tiene 23- y dejó el ballet y la música por los caballos. Tiene cinco mundiales a cuestas y señala que cuida de su figura. “Troto, no como grasa ni bebo gaseosas. Tampoco ceno”, dice. Aunque hay chalanes campeones con kilos de más, Astrid prefiera una figura delgada porque se ve estética y elegante en la pista.