De esta manera se afecta el rendimiento de un caballo cuando está deshidratado
Uno de los problemas de salud que afrontan los equinos, después de alguna actividad cotidiana o son trasladados a competencias, ferias, pista o, simplemente, son sacados de su entorno, es la deshidratación. Si bien este inconveniente puede parecer menor y fácil de resolver, se debe tener cuidado porque pude generar complicaciones serias, e, incluso, la muerte del animal. En una carrera raid, 50% de los caballos dejan de correr por deshidratación.
Según los especialistas, primero hay que reconocer cuándo el caballo está deshidratado y en qué porcentaje lo está. Esto es importante, porque no todos los caballos que hacen un ejercicio, van a una competencia o a una cabalgata sufren deshidratación tras una larga jornada de trabajo.
Hay caballos que están entrenados para ese fin y pueden ejecutar su función sin padecer este problema. En este caso simplemente es menester que vayan a beber agua suficiente en el balde, como lo hacen de manera cotidiana y recuperen los líquidos perdidos en la actividad realizada. Pero hay otros que no.
Entre las características que tiene un animal que padece esta complicación está la alta sudoración, orina con color fuerte, espasmos musculares, aumento de frecuencia respiratoria y cardiaca y decaimiento, entre otras afecciones.
Sin embargo, cuando se sospecha de este problema, lo mejor es acudir a los profesionales. “Tenemos que identificar que el caballo está definitivamente deshidratado y va a requerir asistencia. Se puede comprobar con algunos procedimientos como el llenado capilar, que consiste en ejercer presión con el pulgar sobre de las encías y si la coloración tarda en volver más de dos segundos a ser rosada, este es un signo de deshidratación”, dijo el médico veterinario Rubén Estrada.
Según los especialistas, otra de las formas de comprobar que un equino sufre deshidratación es lo que se conoce como el pliegue cutáneo. Este procedimiento se basa en pellizcar la piel del animal y revisar si tarda más de dos segundo en volver a su lugar es que padece la complicación. Además, es importante revisar si las membranas y mucosas están pálidas, algo que no es normal en su estado.
Según el médico veterinario Enrique Restrepo, el profesional debe determinar qué es lo que está causando la deshidratación. “Es muy importante saber si la causa es el ejercicio prolongado o algún tipo de patología que la desencadenó. Así se identifica cómo se va a tratar”.
En algunos casos, según los veterinarios, la deshidratación es tan extrema que los animales pierden la sensación de sed y no acuden a los bebederos o baldes para tomar agua y por eso es necesario rehidratarlos por vía intravenosa, lo que para muchos es la mejor solución.
Dependiendo de la deshidratación, uno sabe qué solución utilizar para no causar un daño mayor o deshidratar más el paciente. Si es que hay problemas gastrointestinales, pues la hidratación tiene que ser venosa”, comentó la médica veterinaria María Patricia Arias.
También se hacen exámenes de laboratorio como el hemograma o la creatinina, que son pruebas que ayudan a confirmar cuántos qué porcentaje de fluido ha perdido el animal y cuánto va a requerir para recuperarse. Una vez se cuenta con estos datos, los profesionales proceden a indicar el tratamiento a seguir. Antes de competencia, ferias o pista, según el veterinario Restrepo, se recomienda hacer análisis de laboratorio y controlar al detalle el suministro de líquidos de los equinos para su equilibrio.
La importancia de los volúmenes de hidratación
Según el médico veterinario Rubén Estrada, cuando el caballo requiere ser hidratado, se debe tener en cuenta cuáles son los volúmenes. “Se considera que el mantenimiento de fluidos para un caballo es de 50 mililitros por kilogramo al día. Quiere decir que un caballo de 400 kilogramos va a requerir 5 por 4, o sea 20 litros de hidratación en un día, y debe ser en dos o tres administraciones al día”, comentó.