César Rincón volvió a conquistar la plaza de Las Ventas en un festival inolvidable
La mañana del 12 de octubre quedará registrada como uno de los acontecimientos taurinos más destacados de los últimos años. La plaza de toros de Las Ventas vivió un lleno absoluto en el festival organizado por Morante de la Puebla, quien se cortó la coleta en el mismo festejo, en homenaje a la figura de Antoñete. Una jornada marcada por la emoción, el recuerdo y el reencuentro con grandes nombres del toreo que, lejos de quedar en el pasado, demostraron plena vigencia artística.
Y allí estuvo Colombia. César Rincón fue el gran protagonista. El maestro bogotano, retirado de los ruedos desde 2007, volvió a pisar esa plaza que lo hizo grande con la misma rotundidad y pureza que marcaron su carrera. Ante un sobrero de Garcigrande, Rincón firmó una faena de gran profundidad, cargada de temple, colocación y sentido del toreo. Su dominio de las distancias y su capacidad para conectar con el tendido emocionaron a la afición, que reconoció su actuación con dos orejas y una fuerte petición de rabo. Pese a un pinchazo previo a la estocada, la faena fue unánimemente valorada como una de las más importantes que se han visto en los últimos tiempos en este tipo de festejos.
El cartel lo completaban nombres igualmente históricos, en una combinación que mezcló experiencia, torería y simbolismo. Curro Vázquez, de 74 años, ofreció una actuación impecable frente a un novillo de Garcigrande. Su inconfundible clase le valieron dos orejas y una ovación unánime.
Otra de las sorpresas de la jornada vino de la mano de Olga Casado, quien fue incorporada al cartel a última hora. La joven torera se fajó una faena técnica y entregada, rubricada con una gran estocada, que le permitió salir también por la Puerta Grande. Su paso por este festival le ha otorgado visibilidad y respaldo en una jornada en la que compartió cartel con figuras consagradas.
Mientras que Enrique Ponce, fiel a su estilo, dejó una faena elegante y medida frente a un bravo toro de Garcigrande. Brindó al propio Morante de la Puebla y fue recompensado con una oreja tras una faena larga y ligada. Por su parte, Frascuelo, que a sus 77 años se convirtió en el torero de mayor edad en actuar en Las Ventas, fue ovacionado y obligado a dar la vuelta al ruedo tras una lidia voluntariosa y digna.
Morante de la Puebla, impulsor del festival y principal responsable de su organización, actuó con un toro ensabanado de Osborne, en un claro guiño al mítico 'Atrevido' de Antoñete. Aunque el ejemplar presentó complicaciones, el sevillano dejó pasajes de gran calidad y fue premiado con una oreja. Su gesto de reunir a estas figuras en un festival de este calibre fue reconocido por todos los presentes con una ovación cerrada y sincera. El legendario torero, precisamente, le dijo adiós a su carrera. En medio de lágrimas se cortó la coleta ante los aplausos del público que se encontraba en el lugar.
A lo largo de su carrera, Morante deja una huella imborrable en el mundo del toreo, destacándose por su estilo único y su capacidad para transformar cada faena en una obra de arte que trasciende los límites del ruedo.
En la legendaria jornada, el festejo fue abierto por el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, que lidió un ejemplar de El Capea. Aunque el toro tuvo poca colaboración, el navarro demostró su maestría a caballo y fue ovacionado. Los toros, en su mayoría de Garcigrande, estuvieron bien presentados para un festival, con buena clase y juego desigual. Destacaron especialmente los lidiados por Curro Vázquez, Rincón y Ponce.
Al finalizar el festejo, Curro Vázquez, César Rincón y Olga Casado salieron a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas en un festival pocas veces visto en la tauromaquia.