Sistema de cama profunda, ¿es una alternativa viable en la producción porcina?
Uno de los factores más importantes en relación con la producción porcina es el incremento de la productividad. Existen varios sistemas para la producción de cerdos que tienen un impacto ambiental bajo. Uno de ellos es el uso de cama profunda en la crianza de cerdos, que se basa en la sustitución del piso de concreto por una cama constituida por diferentes materiales como la paja de arroz, heno, entre otros.
Puntualmente, esta técnica consiste en sustituir el piso en concreto por una cama de 45 a 60 cm de espesor de material absorbente como virutas de madera, bagazo de caña, cascarilla de arroz u otro material similar.
A diferencia de los sistemas de producción que existen para la crianza porcina, el uso de la cama profunda es una alternativa viable para productores de pequeñas y mediana escala.
Con respecto al sistema de producción tradicional, esta alternativa reduce considerablemente la emisión de residuales líquidos al medio ambiente, lo que contribuye en gran medida a reducir el impacto que la crianza de cerdos tiene a nivel ambiental, reduciendo, de igual manera, el uso de agua.
Ricardo Cubillos, asesor en productividad de Porkcolombia (FNP), destacó que es una técnica utilizada en la producción porcícola para gestionar los desechos sólidos y líquidos generados por los animales de manera más eficiente y sostenible.
“La idea principal detrás de este sistema es reducir al mínimo la contaminación ambiental y aprovechar los desechos como abono orgánico, cerrando así el ciclo de producción”, resaltó Cubillos.
Frente a los principales beneficios que trae la implementación de este sistema se destaca el uso de material absorbente que reemplaza el tradicional piso de concreto en los corrales de los animales, por un piso cubierto de material que tiene la capacidad de absorber los líquidos y mantener la cama seca.
Además de ello, los desechos sólidos y líquidos producidos por los animales son absorbidos por la cama, evitando que se acumulen en el suelo del corral. “La cama actúa como una capa de filtración que separa los desechos de los animales y permite su posterior recolección y aprovechamiento”, destacó.
Este sistema mejora considerablemente el bienestar del animal, ya que, al proporcionar un ambiente más natural y espacioso para los animales, se reduce la tensión y el estrés en el grupo; un ambiente con menos estrés contribuye a reducir comportamientos negativos como peleas y mordeduras de cola, que a menudo ocurren en condiciones de hacinamiento.
Uno de los problemas principales que trae el desarrollo de las actividades porcícolas es la generación de malos olores, dado el vertimiento de la porcinaza al suelo, así como su derramamiento a fuentes hídricas sin un previo tratamiento. Con el sistema de cama profunda, se reducen considerablemente los olores generados, así como la presencia de moscas en los lugares.
“Después de su uso en varios ciclos de producción, la cama enriquecida con los desechos orgánicos puede ser retirada del corral y utilizarse como abono orgánico en cultivos agrícolas. Esto cierra el ciclo y contribuye a la sostenibilidad del sistema”, afirmó Cubillos.
Sin embargo, es importante destacar que un mal uso desencadenará en desperdicio de material, así como en la generación de desechos que afectaran no solo la salud del animal, sino también en la calidad de la carne. El éxito del sistema de cama profunda depende en gran medida del adecuado manejo y cuidado por parte de los productores.
“Es una alternativa que va más allá de la gestión de desechos, ya que ofrece beneficios para el bienestar animal, la calidad del producto y las prácticas sostenibles en la producción ganadera. Sin embargo, es esencial que los productores implementen y mantengan adecuadamente este sistema para aprovechar todos sus beneficios”, concluyó Cubillos.