¿Por qué no se habla de una nueva bonanza cafetera con carga sobre $2 millones?

El último trimestre del año cafetero hizo que en el mercado se hable de una nueva bonanza. Durante el ejercicio de 2021-2022, Colombia exportó 11,9 millones de sacos de 60 kilogramos por un valor de $14,4 billones, lo que sería una cifra histórica para los productores, que se reafirman como jugador fuerte en el panorama global.

Pero, ¿cuáles son las razones detrás de este buen momento? Roberto Vélez, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, aseguró que desde 2020 ya se sabía que Brasil, el país productor número uno en el mundo, tendría condiciones climáticas como épocas de sequía que ralentizarían la producción.

Esto, aunado al alza en el precio del dólar, una menor oferta en el plano comercial y las compras en Wall Street con márgenes de hasta US$3 por libra, han sido los hechos que dan el espaldarazo.

Pero no todo sería positivo, pues aunque hubo mejores precios durante el último año, la producción sigue cayendo y solo en octubre se habría contraído 12% por causa del fenómeno de La Niña. Estos, precisamente, fueron algunos de los temas de agenda en la Cumbre Cafetera realizada por Asoexport, además del futuro del producto en medio de la volatilidad.

En el evento, Gustavo Gómez, presidente de Asoexport, aseguró que 2023 ofrece un panorama bastante retador con posibles recesiones y situaciones económicas complejas. Además, relacionó temas clave para el sector en bonanza como el pacto verde europeo, programas como ‘Granja a la mesa’ y la industria de agroquímicos.

Por su parte, Gonzalo Hernández, viceministro Técnico de Hacienda y Crédito Público, planteó que al panorama de exportación la hacen falta eslabones dinámicos. “Es necesario como transición exportadora que tengamos un componente mucho mas dinámico”, dijo.

Sobre la línea, el funcionario atribuyó cuatro puntos accionarios desde la dirección gubernamental, por lo que temas como la gestión del fondo de estabilización de precios del café, retrasos de futuros, exportaciones de café robusta y el programa de renovación de cafetales dejaron como conclusión la necesidad de renovar cerca del 10% del área de café.

En cuanto al crecimiento y valor agregado del sector caficultor, se recalcó que existe una oportunidad amplia, más en este momento de bonanza, por lo que las capacidad de cultivos de variedades como café arábico africano y la renovación de plantaciones para contribuir a la productividad serán clave.

A su vez, la caficultura tecnificada también se sumaría a los objetivos a fortalecer para el próximo año. En la discusión, se habló sobre la Roya y la Broca, las enfermedades del café, y de la importancia de que se le dé un buen manejo para contrarrestar pérdidas. Esto, a razón de que Colombia, por su régimen de lluvias bimodal, es el mejor escenario para la expansión de estas enfermedades.

El buen manejo también ayudaría a las finanzas de los caficultores, pues manejar la Roya, puede llegar a costar cerca de US$150 por hectárea.

A través de la estrategia del manejo de Broca integrada, propuesta por Cenicafe (el centro de investigación especializado más importante del país) se ha manejado un cifra por debajo del umbral anual, lo que también favorecería, más allá del clima, la productividad.

Por ejemplo, 360 millones de plantas nuevas resistentes a la Roya ya hacen parte del mercado, todo esto, de la mano de la entidad investigativa.

Desde Cenicafe, también se instó por mejorar las líneas de acción en torno a la mano de obra y la tecnología, pues ahora, gracias a la implementación de diseños de producción, la recolección puede aumentar hasta 30% o 40%. Con lo que se reiteró que habrá un panorama más favorable con más implementación de tecnologías en el agro.