La economía que se esconde detrás del sector equino colombiano
La actividad equina del país no solo representa el disfrute de una repleta gama de actividades cada año como son las ferias, las exposiciones o los festivales, sino que este sector del cual viven unas 130.000 personas también conjuga toda una cadena productiva que implica tres dimensiones: la agrícola, la del espectáculo y la del comercio.
“Colombia tiene 48.000 criaderos, empresas pecuarias que generan empleo a miles de colombianos y demandan productos y servicios de la economía formal”, destacó Cristian Stapper, director ejecutivo de Fedequinas, quien evidenció que Estados Unidos y Puerto Rico son los países hacia los que más se exportan embriones y material seminal para reproducción.
Mientras que el primer aporte del sector a la economía viene por el lado de la producción de los cultivos de forrajes, de henos y otros productos para la dieta de los animales, el segundo se da a través de las diferentes exposiciones que mueven la locomotora local donde se organizan.
“Por lo menos, dos veces por semana se realiza una exposición equina de cualquiera de los grados que se tienen establecidos, por lo que no hay localidad del país donde no se realice una de estas”, resaltó Stapper.
Por su parte, el comercio se deriva de la compra y venta de equinos, así como de la genética, desde los ‘saltos’, las pajillas y los embriones, hasta los programas de biotecnología reproductiva de los criaderos. “Esto demanda el trabajo de médicos veterinarios especializados en biotecnología, así como de personal técnico”, manifestó el experto.