Recomendaciones para el sector bananero frente a El Niño
Con el fin de prever las condiciones meteorológicas y sus posibles consecuencias en los cultivos, desde la Asociación de Bananeros de Colombia, Augura, por medio de nuestro Centro de Investigaciones del Banano, Cenibanano, establecimos una red agroclimática en Urabá.
Esta funciona desde 2020 y cuenta con cuatro estaciones que miden la temperatura y humedad relativa del aire, precipitación, radiación solar, velocidad y dirección del viento, y la humedad del suelo; acompañado de ocho estaciones complementarias que miden la temperatura, humedad relativa y precipitación.
La red agroclimática es una herramienta muy útil para el gremio, puesto que nos permite conocer de primera mano los datos específicos de la región y, a partir de estos, entregamos boletines diarios, semanales y mensuales a los productores y equipos técnicos, generando recomendaciones en torno al comportamiento del clima. Tanto las altas precipitaciones como la sequía, son condiciones problemáticas debido a que el cultivo de banano es propenso al estrés hídrico sea por exceso y déficit.
Es necesario decir que el fenómeno de El Niño tiene influencia directa sobre la precipitación, generando disminuciones con relación a sus niveles históricos, y por ende, un aumento de la temperatura; sin embargo, no quiere decir que no se presenten lluvias en los meses considerados lluviosos. Además de los monitoreos, hemos participado en las mesas agroclimáticas a nivel nacional y departamental, espacios generados por el Ideam y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
En el gremio evidenciamos que, desde abril, las mediciones de temperatura en el océano pacífico han venido presentando incrementos graduales, por lo cual las diferentes agencias climáticas han emitido boletines señalando el comienzo de la fase cálida del Enos (fenómeno natural que implica temperaturas oceánicas fluctuantes en el Pacífico ecuatorial), donde la mayoría de los modelos de predicción pronostican El Niño a partir de julio de 2023, con un 85% de probabilidad, que se puede mantener hasta finales de abril de 2024.
Consejos generales
Establecer programas de agricultura enfocados al uso de coberturas de bajo porte (meloncillo, frijolillo, balsamina, celedonia, colchón de pobre, entre otros), implementando un manejo integrado de control de arvenses.
En áreas descubiertas, donde se evidencie ausencia de coberturas vivas, distribuir residuos de cosecha (hoja, pseudotallo, vástago) u otro tipo de material vegetal (como residuos de palma, champiñonaza, entre otros debidamente compostados) de manera uniforme, que permitan conservar la humedad del suelo.
Para fincas que cuenten con sistemas de riego, se recomienda establecer las láminas de riego a aplicar en función del cálculo para determinar el balance hídrico (evapotranspiración, precipitación e infiltración) que permitan tener el suelo a capacidad de campo.
Mantener las estructuras de drenaje con coberturas vivas, con el fin de evitar pérdida de humedad por efecto de la evaporación y mantenimiento mínimo de recava.
Dar continuidad a programas de mecanización - descompactación con el fin de mejorar.