¿Cuál es el agro que queremos?
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Ricardo Jaramillo Gaviria

¿Cuál es el agro que queremos?

11 de septiembre de 2024
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¿Queremos seguir hablando de las oportunidades que tiene el Agro en Colombia, o queremos aprovecharlas y ser líderes en la producción de alimentos y materias primas?

La conversación sobre si es campesino o terrateniente, sobre entregar o no tierras, o sobre si es producción orgánica o convencional, puede estar desalineada con los temas de conversación mundial. Mientras en Colombia no definimos un norte claro de desarrollo agropecuario, otros países están trabajando para producir más alimentos, de mejor calidad y usando la menor cantidad de recursos naturales posibles.

Para lograrlo, están construyendo un agro basado en información, desarrollando soluciones que permiten predecir situaciones para mejorar la toma de decisiones, reemplazar la mano de obra física por mano de obra inteligente, usar procesos de genómica para mejorar productividad y reducir enfermedades, y usar imágenes satelitales para optimizar fertilizaciones, siembras, acceder a créditos, seguros entre otros beneficios.

El Agro basado en información permite masificar los beneficios para cualquier tipo de productor, eliminando las barreras de acceso que hoy existen para los menos productivos. Por ejemplo, una asistencia técnica hoy puede costar, teniendo en cuenta la logística y los honorarios, entre $500.000 $1 millón. Con herramientas digitales, podemos reducir este costo a $20.000 o $100.000, aumentar la cantidad de asesorías que puede realizar un técnico al día, y mejorar la recurrencia para el agricultor.

Esto sin contar que también pueden realizarse con inteligencia artificial, con un costo que tiende a cero. En crédito, la situación es similar: hoy la originación de un crédito agro tradicional puede costar $700.000, lo que hace inviable la masificación del microcrédito con la banca tradicional.

Con herramientas digitales y eliminando costos operativos físicos, podemos reducir este costo a $50.000, lo que permitiría masificar el acceso al capital, traduciéndose en mayor productividad e ingresos para los productores.

En cuanto a la compra de insumos, ocurre lo mismo: en un solo lugar se pueden comparar y conectarse con los proveedores directamente, e incluso hacer compras agrupadas para disminuir los costos logísticos. Esto podría reducir los costos hasta 40% y mejorar los paquetes tecnológicos para aumentar la productividad que se necesita en el campo.

Respecto al acceso a mercados, el poder tener trazabilidad de los procesos productivos, el origen del producto, garantizar que no se deforestó, que se tiene medida la huella hídrica, la huella de carbono, entre otros atributos, permitirá acceder a mercados de alto valor, como la Unión Europea o los Estados Unidos, cumpliendo con las exigencias actuales de la legislación de estos países.

Los productores agropecuarios, independientemente del tamaño que tengan, deben convertirse en NeoProductores, un oficio que genere orgullo, en el que se involucren los hijos y familiares a través del agro basado en información.

Debemos pasar de las oportunidades a las realidades y enfocarnos en ser más productivos, aprovechando las herramientas que están a disposición de todos. Tenemos la decisión en nuestras manos, no depende de nadie más.

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