Bioestimulantes, la solución agrícola contra el cambio climático
El cambio climático es actualmente una de las problemáticas más grandes que afronta el ser humano. Diversas investigaciones advierten sobre el inminente deterioro de los ecosistemas en el planeta y la degradación de las condiciones atmosféricas, haciendo énfasis en la necesidad de actuar con urgencia para evitar una catástrofe global.
Otro de los desafíos al que nos enfrentamos es a la inseguridad alimentaria; según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, esta se acentúa por la intervención inadecuada del ser humano en los ecosistemas, e impide a la población el acceso suficiente y estable de alimentos, dificultando así la cobertura de sus necesidades alimenticias básicas.
En este orden de ideas, los estragos provocados por el calentamiento global tienen un impacto directo en la producción y acceso a los alimentos de forma estable, por las afectaciones que se dan en los suelos, agua y otros recursos naturales.
Frente a esta situación, han surgido una serie de innovaciones para contribuir a revertir el cambio climático a través de procesos agrícolas sostenibles que permitan la restauración de los ecosistemas y la biodiversidad en los suelos desgastados. De allí la importancia de la agricultura regenerativa, que consiste en adoptar mejores prácticas con el objetivo de mitigar emisiones, optimizar los cultivos y aliviar la salud del suelo, brindando mayor fertilidad y evitando su degradación. Todo esto mientras se protegen los ecosistemas y hay una mayor eficiencia en los recursos.
Los bioestimulantes son una solución adicional a la protección y nutrición de los cultivos que, con su adopción, permite que las plantas concentren su energía para florecer y dar frutos, aumentando a su vez la actividad biológica del suelo y reduciendo los efectos del cambio climático. A su vez, esta herramienta permite que las plantas tengan mayor tolerancia al estrés abiótico al que están expuestas como, por ejemplo, el sol, la sequía o la lluvia. También promueven el crecimiento vegetativo al maximizar su producción y rendimiento, alcanzando el potencial natural de los cultivos.
En términos generales, los bioestimulantes son la vitamina que deben consumir los cultivos para poder producir alimentos de calidad con la misma cantidad de recursos disponibles, dando paso a que los frutos lleguen a excelentes condiciones para el consumo, contribuyendo enormemente a la seguridad alimentaria y la salud del planeta.
En este contexto, es necesario que todas las organizaciones y compañías trabajemos en innovación y desarrollo de productos y soluciones positivas para la naturaleza, de manera que se contribuya a la mitigación del cambio climático.