Nuevas tecnologías, claves para nutrir, cultivar y preservar el campo

Según el informe 2019 de la FAO, en Colombia 4,8% de la población padece de subalimentación; esto entendido como el porcentaje de la gente que no accede a la energía alimentaria suficiente. Si bien esta cifra ha disminuido en los últimos años, de los 170 países analizados, Colombia aún ocupa el puesto 102 entre los afectados.

Una explicación puede ser la deficiencia de nutrientes en el suelo; según expertos, este problema afecta al menos 50% de los cultivos en América Latina. Para cambiar esta situación, es fundamental promover la adopción de nuevas tecnologías que permitan preparar a los productores para el futuro y así cultivar, nutrir y preservar el campo, de manera más eficiente.

El Instituto Internacional de Nutrición sostiene que los cultivos en Colombia presentan deficiencias de nutrientes, por lo cual se debe mejorar el paquete “alimenticio” para los suelos. Por eso, hacer crecer el conocimiento alrededor de los fertilizantes también contribuye a que el agricultor y los cultivos reciban insumos más responsables con el ambiente. La inversión en investigación y desarrollo debe ser generosa.

En esa línea, Yara anunció una inversión de US$12 millones en su planta de Cartagena, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir con la meta del gobierno (COP21) hacia 2030.

En otras palabras, buscamos hacer de la agricultura una actividad sostenible y eficiente, desde la fabricación misma de los fertilizantes.

Dinamizar el crecimiento rural colombiano también exige herramientas innovadoras para cultivar mejor, porque una gestión exitosa del cultivo depende del manejo de varios factores que pueden limitar su rendimiento. El uso de aplicaciones remotas y el big data ahora son fundamentales para que los agricultores tomen mejores decisiones. Nuestra aplicación Yara CheckIT, por ejemplo, ofrece una galería de imágenes en alta resolución, que le permite al productor identificar las deficiencias de nutrientes en su cultivo.

Ahora bien, de acuerdo con el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, se estima que para 2050, la proporción de jóvenes rurales disminuirá cerca del 20%. Por ello, volver más atractivo el agro con innovación y digitalización, también hará que las nuevas generaciones se quieran quedar en el campo al ser una opción de vida rentable; esta es una manera de preservar a la mano de obra joven del país. Sin duda, este es el mejor camino para afrontar los retos que impone la realidad de la escasez de alimentos y el cambio climático.

En ese orden de ideas, la capacitación y asistencia técnica en las zonas rurales son clave para llegar a más de dos millones de agricultores y mejorar sus prácticas agrícolas, enseñarles a identificar las deficiencias nutricionales de sus cultivos y acompañarlos en la aplicación de fertilizantes más eficientes y con menor huella de carbono.

Nuestra invitación es a innovar en favor del campo colombiano. Impulsar una producción sostenible de alimentos, que se beneficie de nuevas tecnologías, estudios y herramientas digitales, aportará no solo a generar alimentos de calidad sino al cuidado del planeta y de quienes trabajan la tierra. Solo de esta manera podremos garantizar la seguridad alimentaria de todos.