Gloria Matilde Sonsa, quien tiene 37 años como comerciante en Corabastos, en el local 188 de la bodega 26, dijo que 30% de las hortalizas se pierden por diferentes causas, entre las que están las plagas, enfermedades en los cultivos, cambio climático, poca logística y tecnología, transporte, manipulación, bajo consumo y los tradicionales sistemas de comercialización.
Según ella, en cada eslabón de la cadena, desde el cultivo hasta la mesa del consumidor, aporta un porcentaje para que se pierdan las llamadas hortalizas de hoja que se cultivan en grandes extensiones en la Sabana de Bogotá y el departamento de Cundinamarca.
El modo de comercialización no ha cambiado desde hace años, las malas prácticas de poscosecha (conservación de la vida útil de las hortalizas en fresco) son cada vez más evidentes originando entre 20% y 30% de pérdidas de productos.
Frente a la problemática de ver como muchos agricultores no seleccionan los productos, no contamos con un buen sistema de almacenamiento, se trabaja con el producto a campo abierto, se golpea la cosecha cuando se lava, se empaca en canastilla pequeñas dañando el contenido, el transporte es deficiente, se trae en vehículos tipo estaca que se han utilizado en llevar ganado, insumos, contaminado las hortalizas.
Un caso evidente de la mala manipulación se da en la espinaca cuando se recoge la cosecha, en la finca se tira al piso para hacer montoncitos o atados suelto, las suben al camión para llevarla a lavar, donde se amarra para armar la unidad comercial el atado de 10 kg y llevarla en canastilla a Corabastos.
En el mercado mayorista una vez comercializado el producto lo bajan del camión y los llevan al punto de venta del comerciante. Aquí en este sitio, muchos comerciantes seleccionan las cosecha, quitando las hojas amarilla, marchitas, arrugadas, etc.
“La cultura que tienen los consumidores frente a las hortalizas de hoja como el brócoli, que se debe consumir blanco y no amarillo, es un grave error, lo que sucede es que el producto, al tener contacto con el medio ambiente, comienza un proceso de transformación del color, no es indicativo que está dañado y en las centrales de abastos, plazas de mercado y tiendas rechaza mucho producto que termina en el bote de la basura”, agrega la comerciante.
Varios comerciantes de Corabastos, frente a la situación, elaboraron un trabajo para mejorar la calidad, el transporte, la comercialización y minimizar las pérdidas y aumentar el consumo de hortalizas de hoja. Como también experimentaron con la liofilización, proceso de deshidratación usado generalmente para conservar un alimento perecedero o hacer el material más conveniente para el transporte. Trabajo que presentaron a entidades estatales y privadas para recibir apoyo. No han tenido respuesta.