Según el comercio de Corabastos después de la pandemia, la demanda de productos para elaboración del cocido boyacense bajo 80%. Bastantes productores de cubio, chugua, hibias de los departamento de Cundinamarca y Boyacá dejaron de cultivarlos, por falta de clientes.
Pablo Enrique Pacheco Zubieta de la bodega 21 puesto 045, de Corabastos, cuenta que hace dos décadas llegaban grandes cantidades de cubios, chuguas e hibias a la central mayorista, se vendían como pan caliente. Está demanda impulsaba el consumo de los otros productos como carne de cerdo, res, pollo, mazorca, haba, arveja verde, papa, guisantes y cebolla.
Las ventas eran altas que impulsaban a los agricultores a sembrar. Pacheco Zubieta vendía diariamente 45 bultos de cubios, 30 de chuguas, 25 hibias y 30 de haba, es decir vendía 130 bultos, para un equivalente de 600 toneladas, hoy expende cinco bultos del primero, tres de chuguas, dos de cubios, dos de hibias y ocho de haba, tan solo 20 bultos al día.
Esta demanda llevo al comercio a ofrecerlo en diferentes contenidos, antes se vendía en bulto de 50 kilos, luego se vendía en mitad de bulto, posteriormente cuarto y hoy en paquetes de 125 gramos.
Para Zubieta, necesitamos estimular el consumo de este plato típico de Colombia, exactamente del Altiplano Cundiboyacense. Las generaciones actuales, no lo conocen, no gustas de él, preguntan que es, cómo se llama, pero no toman en interés en llevarlo para probarlo, sobre todo las amas de casa jóvenes.
Hace 20 años, los consumidores eran los jóvenes, ahora son de la tercera edad los que mantienen el consumo de un plato rico en vitamina C, calcio, fosforo. hierro, proteína, agua y fibra.
Consultamos a varios consumidores en el mercado mayorista, sí gustan del cocido, manifestaron que “de vez en cuando lo consumo, cuando lo preparan los abuelos”, otras lo rechazan, “le parece que tiene muchos ingredientes, cuando lo ofrecen en el restaurante, pero solo consumo la mitad".
Según los comerciantes mayorista, en la actualidad los clientes que demandan esté plato típico son: restaurantes típicos, estaderos, supermercados, hipermercados, fruver, tiendas y plaza de mercado minoristas.
Finalmente, el comerciante concluyó que, para él, con su conocimiento y experiencia pronóstica, al paso que vamos se puede llegar a dejar de comer en unos 10 años. "Cada mes que pasa merman las ventas y no hay nuevos consumidores, el consumo baja, perjudicando al sector productivo que son los agricultores y de paso a nosotros los comerciantes".